sábado, 25 de mayo de 2013

¿Walt Disney era feo?






Ha salido una noticia en el telediario en la que se informaba que según un estudio, no recuerdo de dónde, los guapos ganan un diez por ciento más aproximadamente que el resto de mortales. Igualmente, se recogía que las rubias ganan el siete por ciento más que las mujeres con el pelo de otro color. También decían algo de los calvos, pero no pude seguir prestando atención porque mi madre me comentó algo y era, no recuerdo qué, seguramente más importante.

No me desvío del tema de los guapos. Para todos es conocido que lo atractivo gusta más y que cualquier cliente se siente más atraído por alguien que le gusta. Solo hay que mirar los telediarios en los que en vez de entrevistas de trabajo hacen castings. Incluso los todopoderosos caza talentos o miembros del los departamentos de Recursos Humanos de las distintas empresas tienden a contratar más fácilmente a  una persona por la que se sientan, inconscientemente o no, atraídos.

Lo han llamado marketing biológico. Qué bonito.

Al mismo tiempo sabemos que la distinción entre unos y otros por la belleza surgió en cuanto que teníamos que “luchar” por reproducirnos y ser los que suministraran nuestros genes a cuantos más mejor. Era la selección natural. Y es lógico que exista como especie.

Pero llevando esa selección al mundo empresarial, me pregunto ¿cuántos “guapos” existen en el mundo en la actualidad? ¿Todas las empresas tienen que estar compuestas por guapos? Para la primera pregunta la respuesta es obvia, por estadística, existen más “no guapos” que guapos. Y para la segunda cuestión, pienso que no todas las empresas tienen que tener sus plantillas repletas de bellezones.

Otra premisa que seguro revolucionará el mundo empresarial y que debo incluir en el libro que algún día escribiré sobre el éxito en las empresas. Idea nº 51: Muchas  compañías atestadas de gente “no guapa” funcionan divinamente.

Pues señores de Recursos Humanos y Jefecillos de poca monta, no sean tan obtusos y no se dejen llevar por las modas o por las curvas y sepan encontrar el valor de las personas que se entrevistan con ustedes, más allá de la cubierta epitelial y su armónica estructura. Que no todo es   sonrisa profindén, tintes rubios, pectorales de granito, siliconas Pirelli y gominas mantecosas. Todo eso resulta artificial. El mundo real es otro.

Dentro de todos existe algo llamado cerebro (si no se lo creen abran el cráneo al que tengan al lado) que es muy feo y rugoso, que curiosamente, es similar, morfológicamente hablando, para todos, pero que, a su vez, es maravilloso por las infinitas posibilidades que posee.

¡Señores encargados de reclutamiento y selección de personal, descubran que tienen los feos por dentro, atrévanse! Den un pasito fuera de sus seguras burbujitas y dejen de babear por el escote que acaba de salir de la entrevista. Hay un mundo por descubrir. Sean valientes, no es tan difícil. Si lo hacen quizás se sorprendan de las múltiples posibilidades que tiene aquel tipo que rebosa de granos, vestido con una corbata con unos tonos más chillones que el propio Big Bang justo en el instante de la explosión.

Posiblemente, ese que acude a la entrevista de trabajo vestido  de tal manera que avergonzaría a  un rapero en pleno Bronx de los años ochenta, sea el próximo Bill Gates o Steve Jobs, o simplemente, les aumente las ventas un 1%, un 10% o un 50% a su empresa.

No sean tan cortos de miras, que está bien contratar gente guapa y no tengo nada en contra de ellos, pero somos más los “normales” que tenemos mucho que aportar porque no estuvimos perdiendo tanto tiempo mirándonos en el espejo.

Por favor, revisen la película de la Bella y la Bestia. Aunque les sea difícil investiguen cuál era  el leit motiv del largometraje. Y si no están muy cansados de descubrir el motivo del film, al mismo tiempo, si pueden claro, y si no luego, pregúntense: ¿Walt Disney  era feo?













Copyright fotografía http://www.seattlegayscene.com/2011/09/walt-disney-salad-tosser.html

martes, 21 de mayo de 2013

Ojalá apruebe usted en la reválida.




Hoy quiero valorar las actuaciones del gobierno de Rajoy. En puridad, para ser ecuánimes y objetivos deberíamos hacerlo cuando terminara su mandato. Sería lo más justo, una vez acabada la legislatura, pues todo, a partir del momento en que redacto esta entrada, puede cambiar.

Sin embargo,  esto no impide que podamos valorar lo que haya hecho hasta ahora.

Si tenemos en cuenta valores cuantitativos para hacer esa apreciación, el resultado sería altamente insatisfactorio. Vamos, mejor que no se hubiera presentado al examen. Se presentó, eso sí,  a las elecciones, y para ello se retrató en algún periódico que no recuerdo, en la cola del paro. Prometía, con los parados formando cola al fondo, que ellos (no sé si se refería al PP o al plural mayestático) bajarían sí o sí el número de desempleados. Pues pinchó en  hueso. Pasado más de un año y pico de su proclamación como presidente del gobierno, el paro no ha bajado, sino que ha aumentado en un millón de personas, aproximadamente. Como digo, suspenso en este aspecto.

Si continuamos valorando las promesas electorales realizadas y no cumplidas, también, bajo mi personal criterio, suspende con un cero zapatero. Una de las promesas que más daño ha hecho a la sociedad, en general, y a la economía, en particular, ha sido la subida de impuestos como el IRPF, y concretamente el  IVA. Nos ha colocado en el número uno europeo en la represión fiscal.

El señor Rajoy dijo que iba a bajar los impuestos. Incluso miembros de su partido firmaron en una petición ciudadana para obligar al entonces presidente del gobierno, Zp, a bajar el IVA. Pues, otra vez, incumpliéndose a sí mismo, los subió situándolos en lo más alto de la historia, al 21 por ciento,  desincentivando a los trabajadores más competitivos y asfixiando a los que todavía podían producir algún valor. Ante lo clamoroso de su contradicción, se justificó aludiendo  a que como buen dirigente, no hacía lo que quería hacer, sino lo que tenía que hacer.

Los ciudadanos lo eligieron para que hiciera lo que prometió. (Esto es también relativo, porque muchos lo votaron simplemente para echar al sibilino Zp). Los electores al votarlo querían que se tomaran unas medidas basadas en que la economía mejorara y que todos pudiésemos afrontar el futuro con un poco más de seguridad y, a ser posible, más dinero en el bolsillo.

Ante tal subida de impuestos haciendo que esta sociedad basada en el consumo se colapsara, ante la bajada de sueldo a los funcionarios, la no eliminación de las empresas públicas, coches oficiales y administraciones paralelas, el incremento de los asesores políticos, ante la ley de tasas judiciales, los recortes en Sanidad y Educación,  la amnistía fiscal beneficiando a los que incumplen, y la reforma laboral que en principio no ha servido sino para aumentar los desempleados, no puedo más que volverlo a suspender. Lo siento, qué más quisiera yo aprobarlo, señal que todo iba bien.

Tampoco entiendo como intentó solucionar el problema del endeudamiento masivo del sector financiero, pidiendo más dinero para arreglar la banca. Solución de la deuda con más deudas. Eso es de mal pagador. Ganando tiempo a ver qué pasa ¿Cómo se va a pagar esa deuda y la anterior? En vez de hacer que nos arreglaran ese problema desde fuera con el coste que conlleva, deberíamos haber sido capaces de hacerlo nosotros mismos para no incrementar el montante de la deuda. Hay muchos economistas que afirman que eso se hubiera podido hacer.

Como decía al principio, puede que estás medidas que son muy dolorosas para todos, tengan su efecto a largo plazo y esto empiece a darse la vuelta. Ojalá todo cambie para mejor y cuanto antes. Me encantaría que cuando se cumpliera su mandato pudiera hacer otra entrada valorándole como el presidente que le dio la vuelta a la tortilla y que tras una crisis monumental, supo detener la inercia del buque y virarlo a sotavento. No sería yo quien se negara a reconocerlo. Aunque cada vez le queda menos tiempo y no se ven indicios de que sea factible.

Pero en lo que suspende el señor Rajoy de forma más estrepitosa y absoluta es en la comunicación. Su gobierno adolece de saber transmitir a la ciudadanía el mensaje de sus intenciones por buenas que sean. Bien por negligencia suya o acierto de la oposición, el mensaje no cala. Los ciudadanos, siguiendo con la metáfora,  no se enteran cuál es el puerto donde quiere arribar la nave y eso crea un progresivo malestar y cabreo. No  existe nada más cansino y frustrante que no saber cuál es tu destino. Cada vez se impacientan más los que piensan que van a la deriva.

Un humilde consejo. Debería salir más en televisión, comunicando, sin papeles, hablando cara a cara, lo más normal posible y sin respuestas aprendidas. Quizás debería mirarse en el espejo de EE.UU. y ver cómo lo hacen allí. En ese país cada vez que el presidente tiene que hacer algo que consideran de cierta importancia sale en ‘prime time’ en todas las cadenas nacionales a explicarlo. Puede que no salga todas las semanas, pero sí bastantes veces. Sin intermediarios. Los norteamericanos saben hacia donde van. Nosotros no estamos seguros.

Y el hecho de que las ruedas de prensa las dé sin su presencia física, a través de una televisión de plasma, no le ayuda a mejorar su imagen.


jueves, 16 de mayo de 2013

¿Políticos? No gracias.





¿No tenéis la sensación que la Unión Europea y en general todos los dirigentes que nos gobiernan, no tienen ni idea de lo que hacen? Estos señores, incluidos los del FMI, los de la troika, Bancos Centrales, Gobierno de Rajoy, UE y otros muchos, toman determinaciones que parecen improvisadas.

Es como si respondieran a espasmos mentales y dijeran lo que se les ocurriera. Lo que le surge en esos momentos en sus pulcras molleras. Lo mismo dicen una cosa y luego la contraria. Cada vez se parecen más a uno que yo me sé que se pasa los días transportando la ropa de la cama a la silla y de la silla a la cama.

Primero dijeron que había que subir los impuestos y  contener el gasto, para detener el déficit. Ahora que estas medidas no tienen los resultados esperados y que habría que fomentar el empleo, incentivarlo con ayudas públicas. Dado que se ha sabido que la UE está en recesión, salvo Alemania por poco, han visto que las medidas de contención no son válidas. Así nos gobiernan estas mentes privilegiadas. A borbotones de ideas, diciendo lo primero que se les ocurre para que creamos que son mentes pensantes y que saben lo que hacen. Luego, si las medidas adoptadas no funcionan, que es en un noventa y nueve por ciento de las veces, sencillamente comentan algo como que el mercado global es muy complejo y que habría que hacer lo contrario. Y se quedan tan panchos.

Y todo ello sin conocer, o mirando para otro lado,  las consecuencias que tienen en los ciudadanos. Sobre todo en las clases más desfavorecidas. Porque que un señor de estos que deciden esas medidas y que ganan al mes, como mínimo, más de seis mil euros sin contar otras retribuciones, les importa un bledo que se suba un punto el IVA o que la bombona de butano, la luz, u otras necesidades básicas incrementen su precio. Pero los ciudadanos sí lo notamos y lo sufrimos. Cada vez que uno de estos acomodados y “súper dotados” tienen una de sus brillantes ideas somos millones las personas que nos echamos a temblar.

Ayer algo parecido. Uno de los dirigentes de la patronal de empresarios diciendo por radio que habría que obligar a los desempleados a coger el empleo que le ofrecieran. Cualquiera. Y yo rumiando lo que había escuchado,  ¿y si ese empleo que me ofrecen no es a lo que yo me dedico? ¿me obligarán a cogerlo? ¿Y si el empleo tiene unas condiciones sospechosas? ¿Y si el sueldo es por debajo del salario mínimo o con jornadas eternas? ¿Me obligarán igual?

Cada vez estoy más convencido que los dirigentes no tienen ni pajolera idea de cómo sacarnos de esta crisis. Y lo peor es que no se ponen en el lugar de los que lo están pasando mal. Nuestros dirigentes no son empáticos y no tienen remordimientos. Nos utilizan como números de votos u objetos para conseguir sus fines y eso, y que alguien me corrija si me equivoco que no soy perito en la materia, es un signo de los psicópatas. Ergo, nuestros políticos son…





Copyright del dibujo http://diariopintamonas.blogspot.com.es/2011/05/politicos.html

martes, 14 de mayo de 2013

Cómo está el patio.






La crisis en el sur de Europa aumenta la emigración a Alemania. El sesenta y cinco por ciento de los jóvenes españoles ya buscan trabajo fuera del país. Y eso no quiere decir que lo encuentren allí donde van. Eso es otro problema. Allí ni nos miran si no dominas su idioma. Nos toleran, algunos, pero si le preguntas, presumo, que preferirían que no estuviéramos allí.

 Desgraciadamente, vamos a tener que volver a visionar la película de ¡Vente pa’ España, Pepe! y comprobar que no está tan desfasada. (Bueno, con la muerte de Alfredo Landa, sí que lo está) Al menos en aquellos años se podía vislumbrar un poco de optimismo o ilusión. Ahora no hay más que pesimismo por doquier. No hay confianza ni en los que nos tendrían que sacar de esto ni en el futuro. Tenemos que tirar del carro nosotros mismos. Cada uno ayudando en lo que pueda a los de su círculo y entre todos, poco a poco, encauzar la senda, haciendo el círculo mayor.

No nos merecemos este país ni lo que le está sucediendo, al menos nosotros, porque los políticos sí que se lo merecen.  Igual que los griegos no se merecen a donde les han llevado sus políticos. Es un desastre. Ya existen dos bandos en la población. Los comunistas y los de extrema derecha. Ya hay atentados entre ellos. El futuro incierto en lo económico y laboral adobado con las luchas fanáticas entre extremistas es un caldo de cultivo muy peligroso y que pudiera dar lugar a un recrudecimiento de los enfrentamientos y a una lucha que no quiero ni plasmar en el papel.

Al mismo tiempo y casi en crónica jurídica (así está España, los políticos van más a los Tribunales que a los Parlamentos), el Juez Ruz está intentando conocer la trama Gürtel en Madrid, luchando contra los políticos y sus amiguetes. Quijote contra los molinos. Igual de quijotesca la jueza Ayala y los ERE’s en Andalucía.  Dándose  mamporros contra el muro de Griñán y contra sus ahora socios de Izquierda Unida. ¡Ay! ¡Cómo ha cambiado de criterio el partido! ¡Cómo cambia la apreciación dependiendo del lado del cristal desde el que estés mirando! Fuera del gobierno, o sea, antes, Izquierda Unida era beligerante contra la Junta y la corrupción. Había que verlos cómo protestaban y cómo se sulfuraban. Ahora, cual buena madrecita, pone paños calientes y palabras suaves para mitigar su actual conducta de mirar para otro lado.

 Mientras, en el caso Campeón, seguimos en los juzgados, a Pepiño Blanco le van a investigar cómo pagó su chalet en Madrid y le han  pedido las cuentas a su esposa. Las de la compra no, que eso es de machistas, las otras. Ella alegará, lo veo venir, como la infanta, que no se enteraba de nada, o como la mujer de Julián Muñoz, que solo veía entrar las bolsas negras de basura llenas de dinero, pero que no sabía de dónde procedían. Cualquiera sabe, señoría, cómo él hace tantas cosas, yo no prestaba atención. Pepiño Blanco, supuestamente, y así lo sospechan, pagó la casa con dinero que no provenía de su sueldo. ¿De dónde vendría, me pregunto? ¿De favores debidos?

 En la misma senda jurídica, en la Audiencia Provincial, en Palma de Mallorca, el tribunal suspendió la imputación de la infanta, pero para que no se cabreasen los que querían ver a una  poderosa en apuros, les consolaron con que se debe seguir investigando por si existiera delito fiscal. Con una mano te doy lo que con otra te quito. ¿Resolución intentando contentar a todas las partes? No creo, más bien, todos enfadados. Siguen mandando los de siempre, a costa de los mismos.

Otro asunto de la realidad de este cadavérico país. El noventa y cuatro por ciento de las empresas del Ibex-35 (casi el cien por cien de ‘nuestras’ mejores empresas), tienen presencia en paraísos fiscales y el gobierno no hace nada contra ellas. O no quieren o no pueden. Las grandes firmas no entienden de patriotismos y no conocen fronteras. Todo el dinero que ingresan no pasa por el fisco español. No pagan impuestos. ¡Señor Montoro! ¿Por qué nos acosa a nosotros que no tenemos ni donde caernos muertos y a los que podrían ayudar mucho a este país, simplemente cumpliendo la ley y no delinquiendo, no se les censura sus acciones? ¿Existen dos varas de medir, señor Montoro, en esta democracia? Al final pagamos siempre los mismos. Y en las últimas etapas de sus carreras, los políticos entran a formar parte de los consejos de administración de esas grandes empresas que han eludido pagar sus impuestos mediante los paraísos fiscales. Todo queda en casa, dijo aquel fumándose, muy pancho, un puro, moviendo su bigote y poniendo los pies cruzados sobre la mesa del café. Claro, le dice su compañero, para eso te hemos ido pagando todos estos años, amigo. (Sustituyan la palabra ‘amigo’ por cualquier nombre de político que haya tenido un cargo de responsabilidad, quedará igual de bien)

Y mientras, Rajoy, el otro día en el Parlamento, diciendo que queda mucha tarea, pero que llegará la cosecha, que esto empieza a cambiar. Será en las cuentas macro que maneja el Gobierno, porque en las micro, en las del día a día, las que hacemos en tu casa y en la mía, aquí no cambia nada, si no es para ver cómo aumentan los precios y el sueldo baja. Tanto es así que el 23% de los pensionistas ya cobran más que los propios trabajadores. Como no veamos pronto los resultados de esa cosecha y  empiecen a contratar las pymes, la vendimia económica no la salva ni Europa ni Merkel ni la Virgen del Rocío (en homenaje a la Ministra del desempleo).

Si no hubiera ya pocos problemas, los funcionarios catalanes están acojonados porque ese iluminado  que se cree que rompe espejos de guapo, los quiere convertir, por magia potagia, en laborales para hacer la administración con menos empleados y más eficaz. Mentira. Como todos, que ya nos vamos conociendo, lo que hará será eliminar las oposiciones, hasta ahora el método más justo conocido para entrar en la Administración, y así dar puestecitos de trabajos, como  dádivas, a los suyos. Clientelismo agradecido. Experiencia de 30 años tenemos en Andalucía sobre este tema. Como no se pudieron cargar a los funcionarios para meter a los suyos, porque no se les ocurrió esa brillante idea, hicieron algo más simple y eficaz, crearon una administración paralela, con las empresas públicas. Ya no necesitaban tribunales de oposición y que se presentara cualquiera. Esas empresas son el cementerio de elefantes de ex alcaldes, diputados y demás antiguos cargos del partido que se autodenomina socialista.

Así no me extraña que una de las noticias de esta semana, tal y como está el patio, sea que han aumentando en un  110% los rechazos de herencias. Todo el mundo endeudado hasta el final de sus días y más allá. ¡Hasta el infinito! Cada uno les deja a los herederos lo que puede y, en la actualidad, muchos tan solo dejan deudas. Algunos deben hasta de callarse porque vivían por encima de las posibilidades a la que los bancos y los políticos les animaban. Ya quedan lejos esos días que heredabas una casa libre de hipoteca. Ahora si tienes suerte y la heredas, y necesitas el dinero, ponla a la venta, a ver cuánto tiempo tardas en liquidarla. Suerte.

lunes, 6 de mayo de 2013

De aquellos polvos estos lodos.



          Sin hacer demagogia ni pretenderlo. Nos ponemos en situación explicando unos antecedentes. Zapatero nos lleva a una crisis galopante que nos puede hundir para siempre. Rajoy dice que no puede hacer nada más por la herencia recibida. Zapatero alegó en su momento que todo viene del boom provocado por el gobierno Aznar. Y si nos ponemos a escarbar, éste también estuvo condicionado por los gobiernos de Felipe González y su vice Alfonso Guerra. De esos polvos vienen estos lodos.


Todos son culpables y si me apuran con agravantes. Los unos y los otros. Desde aquella expresión de Alfonso Guerra comunicando a todos los españolitos que a “España no la va a conocer ni la madre que la parió” estamos como estamos. Una cosa no se le puede negar a Guerra, fue un magnífico vidente. Desde que aquel gobierno arrinconó la independencia judicial en un baúl olvidado de una bodeguita en Doñana, haciendo que ciertos jueces (los miembros del Consejo General del Poder Judicial, del Tribunal Supremo y del Constitucional) ya no fueran elegidos por cooptación (elegidos entre ellos y por ellos mismos sin intervención exterior), sino que por los políticos, como digo, a partir de ese punto, los jueces ya les debían el cargo y la duplicación de su sueldo a los políticos.

Y todos sabemos que no se debe morder la mano que te da de comer. Ejemplo claro de esto. Cuando a Felipe González se le señala por el ex juez Baltasar Garzón con la X en el tema de los GAL y se le requiere para que comparezca en el Tribunal Supremo, el presidente de ese Tribunal, un tal Bacigalupo, rompe el empate de los votos de los jueces alegando que al Presidente no se le puede estigmatizar. ¿Estigmatizar por declarar?

Con el siguiente presidente, más de lo mismo. Al principio al no tener mayoría absoluta Aznar pacta con los nacionalistas otorgándole todo lo que quisieron. Una moneda de cambio en aquella época fue la “petición” que le hizo Jordi Pujol a Aznar. Debía de cargarse al miembro del Partido Popular que más votos ha sacado nunca en Cataluña y que le estaba haciendo pupa electoral a CIU. Aznar, oliendo de cerca el poder y babeando cual sabueso la Moncloa, accede y se carga al  brazo fuerte de su partido en esa comunidad. Alejo Vidal-Quadras es enviado al ostracismo europeo.

Ya con la mayoría absoluta en su segunda legislatura, Aznar dejó el tema de los jueces igual, perdió influencia en Cataluña y con la ley del suelo, liberó todo el existente, salvo el que expresamente estuviera protegido. Así comenzó el tan devastador boom inmobiliario. Aznar se jactaba de construir más casas en nuestro suelo que en casi media Europa. Ya luego la codicia de banqueros, políticos, registradores, notarios, constructores, tasadores y muchos ciudadanos hizo el resto.

Zapatero se creyó que tenía ‘baraka’. Ganó las primarias de su partido sin que nadie apostara ni un duro por él. Casi por descarte.  Tras el atentado de Madrid, venció contra todo pronóstico a un Rajoy al que daban todas las encuestas como ganador. Todo le salía bien a ZP porque él era él. Tenía la suerte divina. Vio que la economía surfeaba en la cresta de la ola y siguió remando sin mirar a los lados. Y para qué cambiar, esto era Jauja. Era, como luego dijo el exministro Miguel Sebastián (que vaticinó la burbuja muchos meses antes), como ir a una fiesta llena de gente y ser tú el que apagara la música. Los inspectores de Hacienda pidiendo a gritos que les dejaran actuar y el presidente del Banco de España mirando por la ventana con la baba caída ¿Dónde estaba el sentido de la responsabilidad de tantos?

Luego la burbuja explotó. El gasto de las distintas administraciones era descomunal. Sueldos por las nubes, empresas públicas multiplicándose como hongos, mariscadas con “dinero de nadie”, asesores hasta para afeitarse, el paro subiendo los escalones de dos en dos y el famoso y ruinoso Plan E. Alguien tiró de la cadena y todo se fue al garete. Nos quitamos la máscara de ser la economía más solvente de Europa. Si hubiera tenido vergüenza ZP se le hubiera caído la cara cuando chuleó por tener mejor economía que Francia e Italia. Él ya contaba con datos contrarios. Al final cuando el paro se disparó y le amenazaron desde Bruselas con ser intervenidos se puso serio. Mandó al carajo la ley de paridad en su gobierno. Puso a los ministros que creyó que lo ayudarían, (entre ellos un jovencito, nueva promesa del socialismo, Rubalcaba), compareció en el Congreso, tomó medidas muy drásticas y no pasó nada. Al menos, nada bueno. Todo fue a peor. Tanto que ganó el gris Rajoy que parecía lo menos malo.

Llegó Rajoy, el que prefiere leer el Marca. Prometió que no subiría los impuestos, prometió que haría bajar el paro, que no habría corrupción y que con su grupo todo iba a ir a mejor. No parecía difícil cuando todo estaba por los suelos. Pero no. Todo fue a peor. Eso sí han trabajado tela redactando decretos por doquier.

La Reforma Laboral con la que iban a dinamizar el mercado laboral, como si esto fuera EE.UU., ha tenido como consecuencia inmediata que las empresas han adelgazados sus plantillas. La ministra de Empleo (ya no es ni siquiera de Trabajo) para reducir el paro se encomienda a la Virgen de Rocío. El éxito de la reforma laboral se concreta en más de un millón de parados nuevos y es récord de todos los tiempos en número total de desempleados. Casi dos millones de hogares con todos los miembros en la lista del paro. El paro juvenil en más del 50% y todos aguantando por los abuelitos.

Recortes a troche y moche. Todo lo importante es cercenado. Educación, sanidad, medidas sociales, todo. De las empresas públicas que decían que iban a eliminar (se supone - porque no se sabe con exactitud cuántas hay - que existen más de mil quinientas en toda España) solo se ha eliminado una. El IVA y el IRPF subiendo en contra de lo prometido y una amnistía fiscal más que cuestionable. El ministro Montoro cada vez con actitudes más chulescas ante los políticos adversarios y aparecen los papeles de Bárcenas. ¿Financiación ilegal? Quién sabe, es pronto para saberlo, pero la primera víctima ha sido  Cospedal. Hundida y escondida tras el patinazo de la explicación de chirigota sobre el finiquito de Bárcenas.

Y por último, estos lodos. Viernes 26 de abril, comparecencia de prensa tras Consejo de Ministros. La vicepresidenta, con De Guindos  y Montoro diciendo tan tranquilos que el gobierno no sabe qué hacer para bajar el paro, pero que tengamos paciencia. Que al menos en esta legislatura no se bajarán los índices significativamente. Que las medidas son a largo plazo.
Pero los parados comen todos los días. ¿Qué hacemos con ellos hasta que se hagan efectivas esas medidas en sus economías? La obligación de un gobierno es asegurar el futuro y mejorarlo, y veo bien que lo hagan, pero no se pueden olvidar en su grandilocuente acción, del presente. Los hombres viven día a día, y tienen la fea costumbre de comer tres veces en una misma jornada, y los niños hasta meriendan.

Pienso que si un gobierno no sabe qué hacer debería dar un paso al lado y dejar que otro, con más ganas, motivación e ideas nuevas, ocupe su lugar. Si ha sido tan sincero para reconocer que no puede, le pido que sea franco para entender que su reloj de los logros no va al ritmo del de la paciencia de los españoles.

miércoles, 1 de mayo de 2013

¡Huelga!




Como hoy es 1 de mayo, me viene perfecto para  hablar de huelgas y trabajadores.

Ver en la actualidad a trabajadores manifestándose y en huelga cada vez es, desgraciadamente, una estampa más habitual. Pero algo que damos por hecho, como es el dejar de trabajar y salir a protestar, no es algo que los trabajadores hayamos tenido siempre.

Actualmente, el ejercicio de la huelga es un derecho fundamental. Está recogido en la Sección Primera del Capítulo II de la Constitución Española de 1978, que regula los Derechos Fundamentales y las Libertades Públicas. Concretamente en su artículo 28.2.

El derecho a la huelga está considerado como una de las mayores conquistas de los trabajadores. Pero como digo, no siempre fue un derecho, y mucho menos un derecho fundamental.

Es cierto, asimismo, que huelgas o las protestas más o menos organizadas han existido desde hace mucho tiempo. No siempre han podido ejercer con éxito dicho derecho los trabajadores sometidos a reglas inhumanas, pero existen datos en cuanto a la cronología de las huelgas muy curiosos. Nos detendremos en la más antigua de la que tenemos constancia.

De la primera huelga que tenemos conocimiento en el mundo no es del siglo XX, ni si quiera del XIX. La primera huelga documentada de la historia tuvo lugar por los obreros que construían la tumba del faraón Ramsés III. Fue en el año 1166 a. C. ¡Hace la friolera de más de 3.000 años!

Se ha conocido por el descubrimiento de un papiro conocido como “el papiro de la Huelga de Turín”. En aquella época el país del Nilo estaba gobernado por Ramsés III, de la XX Dinastía y tuvo que gastarse mucho dinero en las interminables guerras con los hititas, filisteos, libios y aqueos. Esta dedicación de los fondos públicos a las guerras ocasionó que los enemigos del faraón cortaran las rutas comerciales, haciendo que las recaudaciones de impuestos cayeran a niveles muy bajos y que se tuvieran que contratar y pagar a un gran número de mercenarios. Como resultado de estas luchas, de la existente corrupción de los funcionarios y la mala administración de los bienes, Egipto se vio de lleno en una gran crisis que lo hizo meterse de lleno en el inicio de su ocaso. ¿Os suena de algo?

Pero volvamos a la huelga. Los obreros y artesanos que trabajaban en la necrópolis ante la falta de pago del Visir (llevaban más de 20 días sin cobrar), tomaron la decisión de detener sus labores y reclamar al escriba vestidos, comidas y bebidas para ellos y sus familias. Proclamaron a los sacerdotes: “hemos venido aquí empujados por el hambre y por la sed; no tenemos vestidos, ni aceites, ni pescados, ni legumbres. Escriban esto al faraón, nuestro buen señor, y al visir, nuestro jefe. ¡Qué nos den nuestro sustento!”

Ante la falta de pago de los salarios, que no llegaban, y la desesperación de los trabajadores, decidieron ocupar el templo de Tutmosis III gritando “Tenemos hambre”. Acto histórico, sin duda.

Pero ahí no quedó la cosa. Ante la imposibilidad de desalojarlos se les pagó los salarios adeudados. Pero como también les debían los actuales los trabajadores radicalizaron la huelga haciendo que el propio Visir, un conspirador enemistado con el faraón llamado Ta,  tuviera que tomar cartas en el asunto y aceptar sus peticiones.

Se desconoce como acabó el conflicto colectivo, pero parece que no tuvo buen final. El Visir no cumplió sus promesas, prefería ocuparse de sus intrigas palaciegas en contra del faraón. El poblado de los obreros desapareció. Al mismo tiempo, las tumbas más importantes del Valle de los Reyes comenzaron a ser despojadas con tal pericia que los ladrones parecían que conocían al dedillo dónde localizar sus tesoros.

En España, no se declararía la primera huelga general hasta 1855. Más de 3.000 años después.