lunes, 22 de julio de 2013

Los buscadores de rentas y los lobbies.(y II)




(viene de una entrada anterior)





Así las cosas, una de las consecuencias de estos grupos de poder es que originan costes superiores  a los que existirían en los mercados libres y obtienen beneficios mayores de los que obtendrían en sociedades más justas. El fin lógico de estos buscadores de rentas y lobistas es conseguir, cuando pueden, el monopolio de hecho o de derecho. Vemos  un ejemplo de ello en el sistema de concesiones de las Inspecciones Técnicas de Vehículos en Cataluña que ha salido a la luz por el tema de la familia de Jordi Pujol (por no mencionar otras concesiones similares en Andalucía) en las que se les entregaban las concesiones a los amiguetes o a los más influyentes.


En general, los lobbies ubicados en mercados en donde existiera una competencia justa podrían estar dedicando todo el dinero que se gastan en influir en investigación o en contratar más personas. Así conseguirían mejores resultados económicos con productos nuevos en el mercado o más baratos que los ya existentes. Pero para eso es necesario un esfuerzo mayor de los lobistas y es más sencillo influir en el político de turno. Según Alexander Stubb, parlamentario finlandés en Bruselas, ponente del informe sobre lobbies del Parlamento Europeo, en Bruselas hay más de 15.000 lobistas que trabajan para unos 2.500 grupos de presión. No obstante, afirma con una tranquilidad pasmosa que “los lobbies son parte esencial de los eurodiputados, la labor legislativa sería muy pobre sin su contribución.” No miente cuando dice que serían más pobres sin la contribución de los lobbies. Este es un testimonio turbador que demuestra lo estandarizado que resulta en Europa que te presionen o te comisionen por actuar de una manera u otra. Y ante el número mayor de lobistas presionando que eurodiputados pienso ¿quién gobierna en Europa?


No obstante todo lo anterior, los lobbies podrían ser buenos. De hecho, como decíamos, en países como EE.UU. son aceptados abiertamente como parte del sistema económico – político. No tendríamos nada que reprochar aquí en España a estos grupos de presión si cumplieran dos reglas que sí cumplen  en Norteamérica.


Estos principios son la transparencia y la vigilancia de la competencia. Si todos conociéramos cuáles son estos grupos, a qué se dedican, quiénes son sus miembros los miraríamos de otra manera. Pero desgraciadamente si no sabemos ni si quiera quiénes son, difícilmente podremos saber si actúan correctamente o si sus influencias van en detrimento de la competencia leal en el mercado.

Como digo en EEUU están más acostumbrados a ellos. Se regularon por primera vez en 1946. Allí existe un registro de lobbies y tienen la obligación de darse a conocer. Tras esto es relativamente fácil seguir el rastro de sus “donaciones” a los partidos políticos. Desgraciadamente en Europa, y más concretamente en España, donde lo que rige es una partitocracia donde la disciplina de voto puede más que la voluntad de algún dirigente honesto, hace que todo el sistema sea confuso. Los partidos políticos opacan todo lo que pueden las donaciones de las empresas a esos grupos o a fundaciones afines. Tiene que salir un caso Bárcenas o Filesa para enterarnos de algo.


Así, no es de extrañar que muchos políticos pasen a engrosar las filas de las juntas generales de las energías eléctricas (véase por ejemplo Aznar o González o muchos de sus ex ministros) o que, directamente, las empresas “coloquen” en los partidos a gente de su interés ¿podríamos poner como ejemplo al actual Ministro de Defensa Pedro Morenés que salta del sector empresarial armamentístico a la política y viceversa durante toda su trayectoria profesional?


 Para solucionar este problema de los grupos de influencia (o intentarlo), el presidente Rajoy anunció en Febrero que se va a proceder a su regulación. Nada que objetar al respecto. La intención es buena, la ley ya veremos. Pero está claro que es necesario algún control para que estos grupos no se conviertan en pujadores sin nada más que aportar y mucho que ganar y evitar que los políticos adecuen las leyes simplemente al mejor postor.


Es necesario regularlos para que exista transparencia y se sepa quiénes son y cómo actúan. Cuanto más a la sombra más posibilidades que existan grupos poco éticos. Si se conocen todos los que están, se sabrá en qué están interesados y la opinión pública podrá actuar en consecuencia.


Los lobbies existieron y existirán, pero al regularlos habrá un procedimiento para controlarlos, habrá transparencia y, si la regulación se hace en ese sentido, todos los grupos de presión y no solo las grandes empresas (estoy pensando ahora a la unión de ciudadanos) podrán ejercer legalmente sus influencias, al menos así lo espero, en igualdad de condiciones. Así si con un político a la hora de proponer un proyecto de ley, vemos en aras de esa transparencia, que se ha reunido unas cuantas veces con una empresa todopoderosa y que ha evitado reunirse con el grupo de ciudadanos afectados, puede que la opinión pública presione para que se modifique ese proyecto de ley.


Necesitamos una regulación como la tienen el resto de países más avanzados de nuestro entorno. Curiosamente, a los países que peor les va con el tema de la crisis financiera son los que no tiene esa regulación. Estoy hablando de Portugal, Italia, Grecia. ¿Tendrá alguna relación?



Por tanto, es necesario y urgente una regulación que obligue a estos buscadores de rentas o lobbies a actuar con total transparencia, que puedan ser valorados por la opinión pública y evitar de esta manera que nuestros políticos se sientan tentados a legislar según los fajos de billetes que se les acerquen. 





sábado, 20 de julio de 2013

Los buscadores de rentas y los lobbies. (y I)




No es raro el día que te llega un correo electrónico de algún amigo sobre lo caraduras que son algunos de los que nos dirigen o influyen, bien por ser políticos o bien por pertenecer a empresas altamente predominantes en el mercado. Me refiero a temas tan espeluznantes como los ERE’s fraudulentos en Andalucía (que ya van cuantificados más de mil millones de euros defraudados) o los políticos que una vez dejados sus cargos pasan a engrosar las filas de alguna que otra compañía energética. Existen otros casos de similares sinvergonzonerías, aunque menos llamativos. Hablo de los laboratorios de las empresas farmacéuticas que se gastan más dinero en mercadotecnia que en investigar o de las empresas de las tarjetas de crédito que cobran mucho más a la empresa a la que le prestan sus servicios de lo que aportan, tan solo un movimiento de electrones para comunicar unos dígitos.

Diome la curiosidad de investigar ciertos aspectos de estos hombres tan duchos en el arte del aguante en la pletórica opulencia y quise ver qué aportaban a la sociedad a cambio de sus retribuciones. Descubrí que se les conoce hace tiempo en el ámbito económico y que tienen un nombre ya dado. Se les denominan los buscadores de rentas.

Según Adam Smith, economista y filósofo escocés con algo de influencia en estos lares, los buscadores de rentas son “aquellas personas cuyas función es tratar de influir en los poderes públicos para consolidar algún tipo de ventaja en el mercado a fin de garantizar una renta sin tener que competir en igualdad de condiciones.”

Para Gordon Tullock, economista estadounidense de la Universidad de Chicago, cuando nos referimos a los “buscadores de rentas” describimos a los grupos de interés, ya algo más que personas, que tratan de influir sobre las decisiones políticas para que las reglas se elaboren e interpreten en su propio beneficio. Es decir, los buscadores de rentas tratan de someter con su presión a los políticos y, sobre todo a sus actuaciones, para que decidan y legislen sobre temas que les son beneficiosos y que no coinciden con los beneficios de los consumidores.

Como vemos la actividad que desarrollan los buscadores de rentas son muy beneficiosas para sus grupos pero nada aportan a la sociedad. En la vida cotidiana, y no hay que irse a las altas esferas de la política, encontramos ejemplos de estos pillos, por no llamarlos algo peor, que se intentan aprovechar de sus influencias. Los podemos ver en Cáritas, por ejemplo, cuando van a buscar un plato de comida y tienen recursos propios para comer, quitándole la oportunidad a otro que pueda tener más necesidad. Lo observamos en los que cobran el paro y realizan chapuzas, o más gravoso, los que se han prejubilado con grandes indemnizaciones sin haber trabajado en la propia empresa que lo prejubila como es el caso de los ERE’s fraudulentos en Andalucía.

También como ejemplo de estos buscadores de rentas podemos hacer mención a los concejales de los distintos pueblos o diputados que se suben el sueldo para su propio beneficio a cargo de los impuestos de los ciudadanos. O como un vicepresidente de un país como EEUU, hablo de Dick Cheney en la época de la Guerra de Irak con George W. Bush a la cabeza, que está vinculado a las petrolíferas, concretamente a Halliburton y, curiosamente, se ordena una invasión del país, con un coste tremendo, en vida y dólares, para la sociedad norteamericana y que le reporta pingües beneficios sin apenas despeinarse.  Y ¿qué me decís de los sindicatos como buscadores de rentas, que la mayoría de las veces actúan más en beneficio propio que en la de los trabajadores afiliados, intentando mantener cuando no incrementar sus millonarias subvenciones?

Pero volviendo a la definición de la figura de los buscadores de rentas que influyen en los políticos para sacar beneficio propio ¿no os recuerda a la de los lobbies?

Según Alonso Piñeiro, economista argentino, el lobbying es el proceso por medio del cual los representantes de los grupos de interés actuando como intermediarios, llevan a conocimiento de los legisladores o de los funcionarios de gobierno los deseos de esos grupos. Daos cuenta que ya estamos hablando de todo un proceso o sistema para influir en los políticos y no de una actuación. Es como si se hubiese institucionalizado.

Y algo así ha ocurrido. No en España, pero sí en otros países, como los anglosajones, y muy especialmente en los EE.UU. Allí los lobbies existen desde la creación de la nación. Alrededor del año 1832 aparece por primera vez el término “lobby” en la prensa norteamericana para definir despectivamente a aquellos intermediarios o directamente empresarios que esperaban en el vestíbulo (eso es lo que literalmente significa lobby) a los congresistas o parlamentarios para pedirles cosas. Dicen que Ulysses Grant, el presidente de los EEUU durante la Guerra de la Secesión, odiaba a los lobistas y que cuando se alojaba en el hotel de turno y se iba al vestíbulo a descansar tenía que salir corriendo maldiciendo a los lobistas que no le dejaban en paz.

De hecho, la primera vez que se hace referencia a los lobbies, pero con otro nombre, es en la Carta Magna de Inglaterra de 1215. En esa constitución, promulgada en tiempos del rey Juan I, se recogía que “alrededor de la corte del parlamento podían estar las personas con títulos nobiliarios demandando un interés particular.”

Como vemos los lobbies existen desde que encontramos una persona poderosa y otro que quiere algún tipo de beneficio de la primera. Vamos desde que el hombre es hombre.





(Continúa)












Copyright de la ilustración http://www.solomirar.com/de-lobbies-y-libertad/

martes, 16 de julio de 2013

El coeficiente de Gini y los Reyes del Mambo (y II)




Casi todo  lo que sucede en EEUU, en España y en el resto de los países tiene que ver con la crisis financiera. Esa crisis que, extrañamente, hace que los que la han provocado sigan consiguiendo sus magníficos bonus o emolumentos fuera del alcance del resto. Esos que no han tenido consecuencias legales por sus fechorías. Pero no solo la crisis financiera ha tenido la culpa de lo que nos sucede. Incluso diría que ha sido la que menos culpa ha tenido de todo. Los verdaderos culpables de la situación han sido los políticos y sus actuaciones que han provocado que esos banqueros ambiciosos no tengan consecuencias penales, que no se distribuya la riqueza equitativamente con buenas becas, son los que recortan la sanidad antes universal, son los que acaban con la independencia judicial que los intentaba controlar y son los que acometen otras medidas correctoras que aunque la pifien no tienen consecuencia.

Esos políticos con sus decisiones son los que hacen que las distancias entre ricos y pobres cada vez sean más grandes y cada vez nos conformemos con menos sueldo y menos derechos sociales. Ahora me viene a la cabeza el comisario Almunia. Este “socialista español” ha instado a los pocos astilleros privados que quedan en nuestro país a que le devuelvan tres mil millones de euros que les concedieron en su día de ayudas. Eso sería una catástrofe para el sector y conllevaría que casi sesenta mil familias vieran peligrar sus economías. ¿Y eso le importa al que ha tomado la medida que cobra 22.000 euros al mes? Sinceramente, no lo creo.

Los políticos de los países nórdicos no sé si por educación, cultura, ética o sentido de estado, no han actuado de esa forma. Allí todavía existe una gran clase media con acceso a beneficios sociales que aquí solo podemos soñar. De hecho en Noruega el coeficiente Gini en el año 2003 era 26,6%, que es lo que llaman una distribución de riquezas aceptable o adecuada. Un universo de distancia de la nuestra. Pero es que en el año 2011, tras los años de la crisis en los que todos hemos empeorado ellos han bajado al 22,9%. Es decir, ahora son más igualitarios en la redistribución de la riqueza que lo que lo eran antes de la crisis financiera. Los otros países nórdicos están en torno a los 23 ó 24 puntos.

A ellos los años de la crisis les han servido para aprender que un estado necesita, si quiere sobrevivir como sociedad, redistribuir su riqueza entre todos los miembros y no solo entre los más ricos. La única forma de sortear la crisis es tirando todos juntos del mismo carro.   

En EEUU, en España y en casi todos los países de nuestro entorno, salvo las excepciones vistas, existe la certeza para los ciudadanos de considerar que los sistemas económico y político se han hundido porque son injustos con sus ciudadanos. Los mercados han abusado de su fortaleza y los gobiernos y las instituciones nada han hecho para ponerle límites. El rol de las Administraciones (y de los políticos que las dirigen) cada vez es más difuso a la hora de tomar medidas correctoras. Las agrupaciones banqueras (y también las energéticas) han contribuido, mediante lobbies o contratando directamente a políticos en sus juntas o como asesores, a redactar las normativas que regulan sus actividades haciendo que cada vez sean más ricos. Todo ello hace que existan más desigualdades, más personas en búsqueda de empleo, más falta de ética en los negocios hasta el punto de que cualquier cosa es válida para conseguir dinero y nadie es responsable de nada (póngase aquí de ejemplo a cualquier político). Y eso es insostenible a largo plazo.

Los políticos y los banqueros siguen siendo los reyes del Mambo mientras no se les ponga freno. Y eso, exclusivamente, está en nuestras manos.

























Fuente de la gráfica: Eurostat

lunes, 15 de julio de 2013

El coeficiente de Gini y los Reyes del Mambo. (y I)





El coeficiente Gini[1] es una medida que demuestra la desigualdad que existe en un país, entre los que más tienen y los que no tienen nada. Así, en un extremo encontramos el 0 que quiere decir que no existe desigualdad. Toda la riqueza del país se reparte equitativamente y todos tendrían proporcionados y equivalentes ingresos. En el otro extremo hallamos el 1 que es la desigualdad absoluta. Todo ingreso para uno o unos pocos y nada para el resto. También lo suelen expresar en porcentajes, multiplicado por cien.

El coeficiente de Gini, a su vez, mantiene una correlación negativa con el PIB per cápita de cualquier país analizado. Así, en los 170 países analizados en el Informe de Desarrollo Humano de 2010, se comprueba que la pobreza de un país va ligada, indefectiblemente, a su coeficiente  Gini. Cuanto más alto de uno, también del otro. Cuanto más altos los dos, más pobres casi todos.

Con el coeficiente Gini hacemos una clara lectura de lo que está sucediendo en todos los países como consecuencia de la actual crisis. Salvo en los países nórdicos que más o menos se mantienen en su media, como veremos más adelante.

Según Eurostat en el año 2004 el coeficiente Gini para nuestro país era de 30,7 y en 2011 subió a 34%. Es decir, en siete años la desigualdad ha crecido en España un 3,3 por ciento. Cuando se hace la equivalencia en millones de euros, renta per cápita y en número de desempleados esta cifra significa mucha distancia. Es un descenso brutal. Todo ello significa que desde el 2004 hasta ahora (desconocemos los datos de 2012 y 2013) los ricos en nuestro país son más poderosos en un 3,3 por ciento que antes y los pobres tienen el mismo porcentaje de menos riquezas. Por tanto nuestra renta per cápita ha disminuido y dado que pobreza y desigualdad van unidas, somos mucho más pobres que hace unos años.

La diferencia entre unos (los ricos) y otros (los pobres) se va disparando entre ellos. Cada vez son más millonarios lo ricos.  Al mismo tiempo, los pobres tienen menos opciones de subir en la escala social. Al ser la diferencia entre ellos mayor, los que están en la mitad, la clase media, no se estiran como se podría llegar a pensar, como si fuera una goma elástica, sino que van desapareciendo. La gran mayoría de esta clase media cada año va incorporándose a la estadística de las clases con menos recursos. Ya no existe el mito de progresar y escalar posiciones. Cada vez somos más pobres la gran mayoría. Solo una excepción se enriquece, (pero a costa de los de las clases más deprimidas), los poderosos.

Y ¿qué interés puede tener para los ricos quitarle a los que tienen tan poco? Pues aunque a los de las clases bajas tengan poco que quitarles porque cada año tienen menos, no menospreciemos, desde el punto de vista de los potentados que sustraerle un poco a cada uno de esos pobres, que cada vez son más millones, se convierte en mucho para uno de los de arriba.

En EEUU está ocurriendo lo mismo, aunque más exageradamente. Allí, según las encuestas, se ha comprobado que el 1% de la población tiene las riquezas del resto. Esto quiere decir que hay un 99% de personas que no acceden a las riquezas que ayudan a generar con sus esfuerzos. Como dice Joseph E. Stiglitz en su libro el Precio de la Desigualdad (Editorial Taurus) el 1% de Estados Unidos tiene lo que el 99% necesita.

El cuento del sueño americano, ese que nos meten en vena en las películas de Hollywood y que la clase baja de allí quiere seguir creyendo, no existe. Ese mito  que cree que si te esfuerzas puedes llegar muy alto, ya no funciona. Se ha comprobado que niños, llamémosles pobres para abreviar, con excelentes calificaciones en la Universidad, esforzándose al límite de sus capacidades y con magníficas becas, no llegan tan alto en las empresas y en status social como niños ricos o hijos de poderosos con peores expedientes académicos y que se han pasado su adolescencia de fiesta en fiesta. Los reyes del Mambo siguen siendo los mismos. La tierra de las oportunidades que alguna vez fueron los Estados Unidos poco a poco se va marchitando como una flor cortada.




(Continúa)


















[1] El coeficiente Gini es una medida de la desigualdad ideada en 1912 por el ideólogo y  estadístico italiano Corrado Gini (1884-1965) en su obra “Variabilitá e Mutabilitá”. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad de ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución singular. El coeficiente Gini se basa en la curva de Lorenz que es una representación gráfica de una función de distribución acumulada.












Copyright de la fotografía http://www.enciclopediafinanciera.com/definicion-coeficiente-de-gini.html

jueves, 11 de julio de 2013

Pedro J. juega sus cartas.



Existen rumores que la intención de Pedro J. es cargarse políticamente a Mariano Rajoy. De ahí las publicaciones sobre los papeles de Bárcenas. Supongo que no será el único que quiere que el presidente caiga en desgracia, visto el panorama nacional.
Esos rumores también se extienden en considerar que el candidato de Pedro J. para sustituir a Rajoy es el mismísimo Aznar. En este punto cobran sentido las palabras del ex presidente en la entrevista de Antena 3, hace unos meses, en la que entraba en el panorama político como elefante en cacharrería,  diciendo que él no lo haría como Rajoy (forma políticamente correcta de decir que lo está haciendo de puta pena), que él bajaría los impuestos, en vez de crear más como está haciendo su sucesor, y ante la pregunta de si descartaba volver al ruedo político dijo aquello de: “nunca he rehuido mis responsabilidades, cumpliré con mi partido, conmigo mismo y con mi país”.
Por favor, observad el orden de preferencias: 1º Partido, 2º El propio Aznar y por último el país. Creo que debería ser justamente al revés.
De hecho existe tal complicidad entre Aznar y Pedro J. que el Mundo retrasó la publicación de la noticia de Bárcenas para no hacerla coincidir con la aparición de Aznar en Faes. 
Pero no quiero irme por otros derroteros.
Como decía Aznar es el candidato de Pedro J. Hombre que goza de mucho poder en España, por sus relaciones,  por su capacidad de vender periódicos, poner en portada noticias (antiguas) que ya dio El País (por los papeles de Bárcenas) haciendo que toda España hable de esa nueva portada como si fuese algo inaudito y por la capacidad de influir, otros dirán manipular, en los pensamientos y acciones de sus lectores. Que son muchos.
Siempre es bueno que la prensa controle al poder político. Eso sería lo ideal en un país democrático. Lástima que España no sea democrática ni a la hora de la cena. El Mundo puede ser el único periódico que investiga un poco en temas truculentos de la política. Allí salen todas las tramas que más avergüenzan a nuestra casta política. El Gal, los ERE, 11-M, Bárcenas, etc., etc., etc.
También se echa de menos que a ese periódico lo acompañen otros investigadores de otras cabeceras, pero Prisa, por ejemplo, tiene otros problemas como pagar nóminas y cubrir al Psoe. Se dice también, que Bárcenas le intentó dar la primicia a Carlos Herrera de Onda Cero y a Federico Jiménez Losantos, aunque este último lo rechazó por no fiarse del ex tesorero.
Es bueno, como digo que existan distintos grupos editoriales para que investiguen todos los negros secretos de los políticos y sus medidas, pero sería aún mejor que no cobrasen de distintos grupos de poder, que no estuvieran tan necesitados de la publicidad oficial que subvenciona comentarios editoriales. Por ello, ninguna línea editorial es digna de creerse al cien por cien. Habría que ir al kiosco con un carrito para llevarnos a casa todos los diarios que necesitaríamos comprar para tener una idea, más o menos equilibrada, de lo que realmente sucede en este país. Menos mal que se inventó Internet.
Por tanto, está bien que el Mundo investigue y publique. Ojalá, repito, fueran todos los periódicos igual, pero también tiene Pedro J. sus propios intereses y no es nadie para intercambiar presidentes a su antojo. Podrá hacer caer a Rajoy porque lo haya hecho mal y el Mundo lo saque a la luz. Correcto, nada que reprochar. Pero Pedro J. no puede elegir el próximo presidente, por mucho poder que tenga y por mucho  que  crea que será mejor su candidato.

¿Y Rajoy qué?

Mientras Rajoy nadando en su universo monclovita. Ajeno a todo. Escondido tras las faldas de sus ministros y Cospedal. No da la cara, no explica. De él se dice que solo lee el periódico deportivo Marca. Mal nos va si solo lee eso. El otro día Arturo Pérez Reverte decía en Twitter y yo lo suscribo que le encantaría verlo en algo que no fuera fútbol o ciclismo, o toros añadiría yo, y es que a nuestro presidente nunca se le ha visto en un concierto, en un teatro, cine o acto académico. Nada que suene a cultura. Al menos no lo recuerdo. Y es que parece ser que la cultura no le interesa nada. Que se lo pregunten a los profesores, actores, escritores, académicos….. 
















Copyright de la fotografía http://luis-viadel.blogspot.com.es/2011/04/jose-mari-aznar-el-lenguaraz-callado.html

martes, 9 de julio de 2013

Harlan Coben o libros para pasarlo bien.




No es usual en este blog distanciarme de los temas políticos, sociales o jurídicos. Así lo creé y así ha sido. Al menos hasta ahora. Pero hoy quiero hacer una entrada sobre unos libros, mejor dicho, sobre el autor de unos libros. Por aquello del verano y aprovechando teorías pisuerguistas, haremos una excepción.

No voy a hablaros sobre libros sesudos para ser más profundos ni tochos infumables para ser más cultos y  poder soltar grandilocuentes frases e impresionar a los comensales. Tampoco voy a hablar de libros de la actualidad política de perspicaces periodistas, sino de libros de distracción y ficción.

Harlan Coben es un autor de libros de misterio. También los llaman de novela negra, aunque no es lo mismo. Son  libros perfectos para pasar el rato en un tren  o matar el tiempo en un autobús. Son libros de aeropuertos y de playa. Pero también son algo más.

Los libros de Coben, sobre todo en la serie de Myron Bolitar, un representante de deportistas que hace de investigador, son libros sobre la vida misma. Los protagonistas son personas normales, como tú y como yo, que tienen sus miedos, sus frustraciones y sus contradicciones. Es ese uno de los motivos por los que te identificas rápidamente con el personaje.

El protagonista, Myron, como el propio autor, fue jugador de baloncesto. Fue contratado por los Boston Celtics y se lesionó fatalmente justo antes de debutar. En cada libro Harlan nos acerca a un deporte distinto para diseccionarlo como se hace con una rana en un laboratorio, haciéndonos ver sus entrañas y sus miserias. Nos demuestra, muy a su pesar, que los negocios están por encima de los deportes y que para llegar ahí, muchos se han quedado, fracasados, en el camino.

Los personajes están alejados de los tópicos de otras novelas de misterio. No son rancios investigadores conservados en alcohol y que triunfan con las mujeres bellas con solo levantarles una ceja. El protagonista de esta serie, por ejemplo, a lo largo de los diez libros, ha tenido varias novias. Con todas ellas quiso hacer lo correcto, pero no siempre tuvo éxito. Una de ellas, por ejemplo, es insultada cada vez que sale en una conversación por su compañera en la empresa de representación,  una exluchadora latina llamada en el ring como “Pequeña Pocahontas”, por lo mucho que hizo sufrir a Myron. Y la última, incluso es cuestionada por su inseparable amigo, Win, por no estar tan buena como debería. Situaciones que te puedes encontrar en la vida real.

Myron, el protagonista, es un hombre actual, a pesar de que, o precisamente también por ello, ha vivido con sus padres hasta los 31 años. Maneja las redes sociales, el correo electrónico, le gusta el café de Starbucks, y se pirra por el batido de chocolate Yoo-Hoo. Le encanta zapear por los canales de TV cuando no está con su amigo revisionando antiguas series de TV, como Batman, Bonanza y otras.

Los libros se la serie Myron Bolitar te cuentan como ante una pelea contra varios contrincantes lo más sensato es salir corriendo, o que si  el puño te va a alcanzar la cara es mejor girarla y que te golpeen dos dedos en vez de toda la mano. También te cuentan cómo se siente el luchador, una persona normal, antes del inicio de una pelea, con el temblor de piernas, la boca seca y el hueco en el estómago.

Los personajes se mueven siempre en zonas grises, en tramas no muy enmarañadas (a veces es de agradecer), pero siempre sorprendentes. Ya sea analizando el caso o pensando en sus padres, las contradicciones y las dudas que acechan al protagonista son reales y universales. Cualquiera nos podemos ver reflejados en esos pensamientos.

La acción y los diálogos son muy directos y vertiginosos. El autor prefiere contarte qué hacen a describir cómo lo hacen. El humor es un factor muy importante en todos los libros, pero especialmente en las charlas entre los amigos. Les sirve de contrapunto para las situaciones en las que se mueven. Descargan la adrenalina y el lector las recuerda luego sonriendo.

 Las conversaciones son muy reales, rápidas y llenas de jergas (algunas tan actuales y de la calle que cuando las leí en inglés mi diccionario e Internet no las conocían) y  cuando Myron se pone nervioso suelta chistes malos que enervan a sus adversarios.

Te puedes leer 200 páginas sin darte cuenta y maldices al autor porque ese día tenías previsto hacer otras cosas a parte de leer. Te ríes con las comparaciones que utiliza ya que parecen más chistes traídos a la trama que auténticas descripciones y te emocionas con los sentimientos que te transmiten algunos personajes.


En fin, libros que enganchan y  son para algo más que para esperar un avión, que te dejan un buen regusto cuando los dejas y sirven para lo que fueron creados, para abandonarte en un  mundo malvado lleno de secuestros, asesinatos y chantajes, pero también de amor, risas, amistad y, sobre todo, complejidades, en el que si miras para los lados, lo reconoces perfectamente como el tuyo propio.


















Copyright de la fotografía http://www.thrillerwriters.org/thrillerfest/attending-itw-members.html

jueves, 4 de julio de 2013

Prisas y nervios en el PSOE.





De unos días para acá han sucedido muchas cosas en el PSOE de Andalucía que repercuten, al ser la federación más grande, en el PSOE nacional.

Griñán ha anunciado su renuncia a ser candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía en las próximas elecciones. Poco después se han convocado las primarias para el 29 de julio y así elegir al futuro candidato. En dos días ya han aparecido dos miembros del partido que se quieren presentar a las mismas, Susana Díaz y Luis Planas (Este último ha dicho, simplemente, que no lo descarta). Parece ser que hay un tercer candidato a punto de salir a la palestra. Primarias express las llaman. En el resto de España  los miembros del partido presionan a Rubalcaba para que también haga lo mismo. Vamos que quieren que se vaya y que convoque ya primarias a nivel nacional.

Las prisas han llegado al PSOE, sobre todo al andaluz, y tendríamos que preguntarnos qué ha pasado en ese imperio político para que de repente todo se precipite. ¿Nervios? Quizás.

Dicen los mentideros políticos, y así lo recogen algunos periodistas, que lo que se está avecinando es un adelanto electoral en la región sureña. Y dado que tiene todas las papeletas para ser verdad, habría que preguntarse ¿por qué? ¿Por qué esas prisas quedando tanto tiempo para que acabe la legislatura?

Una posibilidad sería el cajón de sastre que son los “motivos personales”. Ahí todo puede caber y tampoco podríamos decir mucho al respecto. Parece ser que tiene varios hermanos enfermos y quiere tener más tiempo para ellos. Pero no me da la impresión de que fuera ese el motivo, pero no lo puedo basar en nada objetivo, es, por tanto, solo una presunción.

Una segunda posibilidad sería la falta de acuerdo con su socio en el gobierno andaluz, IU, para elaborar y aprobar el presupuesto para el año 2014. Discrepancias con el partido de Antonio Maíllo que se escora a la izquierda mucho más que el PSOE a la hora de decidir en qué gastar los fondos públicos andaluces. Además IU está subiendo en las encuestas y si se dejara llegar al final de la legislatura pudiera sobrepasar en intención de votos al propio PSOE. Y todos sabemos lo difícil que es pasar de señor a siervo.

Otra opción que se esgrime es que al ser tan rápido el señalamiento para las primarias, no daría opción a que el sector crítico del PSOE andaluz, contrario al presidente,  tuviera tiempo de formalizar a un candidato. Así Griñán aseguraría un candidato de su cuerda y seguiría mandando sotto voce  en el partido. De hecho a Luis Planas ya le han puesto una zancadilla negándole una sede para convocar una reunión.

Y como cuarta opción, según se comenta como un rumor, que crece poco a poco, la posible implicación de Griñan en el procedimiento abierto por la jueza Ayala por el tema de los ERE’s fraudulentos. La jueza estrecha el cerco a Griñán y ya ha imputado a casi un centenar de personas vinculadas con el PSOE muy cercanos a la cúpula. Entre ellas a la ex Consejera y ex Ministra Magdalena Álvarez. A pesar de lo que ha dicho el ex Presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que dice que “no significa nada” eso de estar imputada, creo que más de uno están poniendo sus barbas a remojar. Cuando un juez te imputa es que está viendo indicios de delito, no lo hace gratuitamente por eso de que “no significa nada” no se lo cree ni el propio Chaves. Y dado la repercusión que todo esto puede tener en el ámbito electoral, sería un perfecto motivo para adelantar las elecciones.

Hay quien dice que todo esto se hace para asegurar que se ganan las elecciones que se quieren adelantar, no vaya ser que Rajoy nos saque de la crisis y gane adeptos para su partido. Por eso hay que adelantarse a los acontecimientos. Estas decisiones de adelantar elecciones no se hacen para perder, se juega sobre seguro, afirman desde el partido socialista. Este es el motivo más peregrino. Pero si fuera verdad que tengan cuidado, no sería el primer caso que se adelantaran elecciones y se pierden estrepitosamente.


Lo dicho, los nervios a flor de piel.











Copyright de la foto http://elblogdejoseantoniodelpozo.blogspot.com.es/2013/06/grinan-tiene-un-color-especial.html