domingo, 30 de junio de 2013

¿Por qué ese color?









Viendo en el telediario una de las tristemente habituales manifestaciones que asolan nuestro país descubro la pantalla del televisor llena de banderas de la II República Española. A parte de preguntarme por qué no son tan perseguidas por preconstitucionales como la del pollo (no puedo ni imaginar la que armaría cierto sector de la política española si se produjera una manifestación y estuviera llena de banderas con el escudo del régimen franquista), me surgió la duda del por qué de esos colores precisamente.

¿Qué significa el morado de la bandera republicana? ¿Por qué no era igual que la I República, es decir, roja y gualda, con el escudo republicano?

Existen varias teorías para explicarlo.

Una teoría es que los republicanos creyeron que los colores de la enseña nacional representaban los colores de la corona de Aragón y pensaron que si cambiaban la franja inferior por la morada representarían también a Castilla que era identificada como mas “revolucionaria”.

Al caer la monarquía el 14 de abril de 1931 y establecerse un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora,  se proclamó la II República. Unos días después, se dictó el decreto de aprobación de 27 de abril de 1931 y en él se establecía como oficial la bandera que venían usando los casinos republicanos. Decía: “Hoy se pliega la bandera adoptada como nacional a mediados del S. XIX. De ella se conservan los dos colores y se le añade un tercero que la tradición admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad, con lo que el emblema de la República, así formado, resume más acertadamente la armonía de una gran España”.

Tenemos que remontarnos, pues, al año 1820. El General Riego proclamó la vigencia de la Constitución de Cádiz en la ciudad de Cabezas de San Juan y se abrió el período conocido como el Trienio Liberal. En esos años se fundó la Milicia Nacional. Esta  milicia era una especie de ejército popular. Fuerzas constituidas por hombres de entre 30 y 50 años de cada provincia y cuyo fin era velar por el orden público y político del Movimiento Liberal. Es decir, eran una especie de animadores que intentaban que la fiesta revolucionaria no decayera.

 Al mismo tiempo, en algunas provincias de surgieron grupos revolucionarios liberales, más radicales que los anteriores, como los denominados Comuneros de Castilla que tenían por emblema banderas moradas con el escudo de Castilla y León. La simpatía por estos movimientos llegó  a algunos batallones del propio Ejercito en Castilla, en el que a modo de identificación, ataban a sus banderas cintas moradas.

Otros  historiadores defienden la teoría de que los republicanos tomaron el color morado en el Pacto de San Sebastián el 17 de agosto de 1930, de la banda que utilizaban los Hijos de Padilla (o Sociedad de los Caballeros Comuneros). Estos formaban una sociedad secreta y clandestina, disidente de la Masonería, para luchar contra los absolutistas, evitar que la revolución liberal retrocediese y ayudar a los menesterosos. Esto se conseguiría, incluso, recurriendo al terrorismo.

Más o menos, todos los historiadores vienen a coincidir en la teoría, un tanto romántica, que el morado representaba a los comuneros de Castilla que se levantaron contra el poder absolutista. El pueblo contra el despotismo. Y esa idea, sea cierta o no, era demasiado golosa como para no ser utilizada por los políticos de la II República.

Pero hay otro grupo de historiadores que defiende que la elección del color morado en la bandera se debe a una relación cromática, sin más. El carmesí y el púrpura con el desgaste del tiempo acaban, según estos historiadores, volviéndose morado. Por lo que muchos paños utilizados para confeccionar las banderas, como el púrpura del Reino de León, se conservan como si fuera morado.

Así, creyendo que el color de los estandartes de Castilla utilizados en la Guerra de las Comunidades de Castilla contra el rey Carlos I era morado en vez de rojo, hizo que los Comuneros del Trienio Liberal escogieran como emblema una bandera morada con un castillo y a través de ellos los de la II República.

Otro aspecto a tener en cuenta es que en 1693 el Tercio de Infantería de Castilla utilizó el color morado en su uniforme. Esto lo achacan estos estudiosos a que las tropas fueron reclutadas por un obispo castellano y estos utilizaban dicho color en representación de su estatus dentro de la Iglesia. Este tercio, fue conocido como “el tercio de los morados” y contribuyó a relacionar, más si cabe, el morado con Castilla, aunque sus pabellones fueran decorados con cruces rojas.

Por tanto, no se sabe cuál es el verdadero origen del color morado en el emblema de la II República. Cada uno usará el que le parezca más acorde a su ideología o a su conocimiento de la historia. Pero lo que sí es cierto es que la verdad es más compleja de lo que nos quieren hacer ver.
















Copyright de la imagen: http://pueblosincolor.wordpress.com

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