Existen en España más de seis millones de parados.
Cada vez más familias tienen a todos sus miembros en el paro. Y cada vez son
más lo que han acabado todas las prestaciones y ayudas posibles. Esto es un
drama histórico. En los libros de historia del futuro se estudiará esta
situación igual que ahora se hace con el Crack del 29.
Todas estas personas están estadísticamente
controladas. Se sabe aproximadamente su número y sus características. Pero existen
otros trabajadores que no aparecen en las estadísticas porque no se saben ni
cuántos son ni cuánto tiempo llevan en esa situación. Son los llamados, por
algunos, como trabajadores zombis.
Estos trabajadores son los que están en activo,
trabajando en una empresa, pero esta les ha dejado de pagar hace varios meses.
Los “afortunados” son a los que les deben unas pocas mensualidades. Los hay que
les deben 7, 8 meses y hasta años. Conozco, desgraciadamente, unos cuantos. Estos
trabajadores no aparecen en los telediarios, no se tienen en cuenta en las
estadísticas oficiales y nadie hace nada para impedir su agonía.
Sufren cada día los mismos problemas en sus
trabajos como si estuvieran en condiciones normales. Van resolviendo todas las
situaciones con la misma profesionalidad que los otros trabajadores que cobran
mensualmente. Se gastan sus ahorros en mantenerse
a flote, pero cuando llegan a sus casas van con las manos vacías y la cabeza
llena de malos pensamientos. El impago de unas mensualidades es normalmente el
primer escalón del cierre empresarial.
Cada día es más costoso para ellos ir en metro o
autobús al trabajo. Cada día se sienten
con menos ganas de acudir a verle las caras a sus compañeros o a sus jefes.
Estar todo el día escuchando a sus compañeros los mismos problemas los hace
entrar en un pozo negro. Poco a poco la
desmotivación se hace notar y los ves como zombis en sus trabajos. La mirada
perdida y la mente en otra parte.
Muchos de ellos, los más afortunados, acabarán
yéndose de la empresa. Otros denunciarán a la empresa a la inspección de trabajo.
Otros acudirán al Fogasa tras una sentencia o resolución administrativa, cobrando
parte de lo que tienen ganado. Pero todos, absolutamente todos, necesitarán una
ayuda de la gente de su alrededor – y
sobre todo un trabajo dignamente remunerado – para salir del bache emocional
que supone haber deambulado, como si de un zombi se tratara, por esta España
actual de miseria.
Desde aquí mi homenaje a todos estas personas que
no aparecen en las estadísticas y lo están pasando tan mal. Si tienen alguien cerca
en esa situación, por favor, permanezcan a su lado más que nunca.
¡Ánimo a todos! Entre todos levantamos esto.
Copyright de la fotografía http://www.taringa.net/posts/noticias/14947447/Un-zombi-en-busca-de-trabajo.html
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