Pedro J. podrá gustar más
o menos. A casi todos los políticos, les gusta menos. Pero lo que no se le
puede negar es su profesionalidad y sus ganas de hacer de su periódico un lugar
donde confluyan los auténticos periodistas. Como los de antaño. Los periodistas
de investigación.
Porque es en ese
periódico y no en otros donde se han investigado asuntos tan turbios como los
GAL, Filesa, Roldán, Boe, Ibercorp, 11-M,
etc. cuando otros periódicos no querían entrar a conocer ciertos asuntos para
saber qué pasaba (o nos los dejaba su patrocinador) ahí estaba El Mundo.
Gustase o no, fuera de tu cuerda política o no, existía un periódico que
intentaba sacar a la luz las sombras más ocultas y tenías que leerlo.
No gustó a
Felipe González por sacar a la luz los temas de corrupción durante su época en
el Gobierno y tampoco le gustó a J.M. Aznar, pues criticó, entre otras cosas la
Guerra de Irak. A Zapatero también le dio su parte de críticas con las que le
arrojó por sus acuerdos con los nacionalistas, con el tema del Estatuto Catalán,
con el caso del Bar Faisan y con las negociaciones de paz con ETA, y con la teoría de la conspiración del 11-M. Rajoy,
Cospedal, Bárcenas y Gallardón también tiene su actual ración de críticas. Incluso
los sindicatos y la CEOE han visto como sus asuntos más sucios han salido a la
luz.
Su periódico es la
continuación de la estirpe empezada con Diario 16 que también dedicó un gran
esfuerzo a la investigación periodística. Periódico que marcó una época. Donde
ya tuvo que salir porque allí también pisó muchos callos. Es palmario que en la
clase política no gustan los periodistas independientes. No hay por donde
pillarlos. Prefieren tener controlados a los periodistas mediante las campañas
de publicidad oficiales.
Pero Pedro J. tiene la mejor capacidad que pueda tener un periodista, molestar por igual a todos los poderosos. Sacándoles los colores en temas de corrupción y otros más graves. Ha sido la piedra en el zapato de todos los políticos. De todos los políticos, sindicatos y de la Casa Real. Y claro, cuanto todos los poderosos tienen algo en común se ponen muy fácil de acuerdo.
Supongo que las presiones
habrán sido máximas cuando ha decidido marcharse. Hay quien afirma que los casos de Bárcenas y
Undargarín han sido la puntilla de este logroñés. Esperemos que Casimiro García-Abadillo
continúe su línea investigadora y que las
editoriales las haga más cortas.
Copyright de la imagen http://www.cuatro.com/las-mananas-de-cuatro/Pedro-Ramirez-siento-controlado-informar_2_1645905049.html
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