Hacer un artículo sobre el derecho al aborto debería ser muy sencillo.
Igual que hacerlo sobre el derecho a las operaciones quirúrgicas de juanetes o sobre la extracción de una muela del juicio,
operaciones que nadie discute. En teoría debería ser tan sencillo para una
mujer decidir qué hacer con su cuerpo y cuándo hacerlo como lo es para un
hombre decidir si se opera de miopía o de menisco. A él nadie le cuestiona
nada. Pero en la práctica y en la legislación (y más si Gallardón está por
medio), no es así. No tienen las mujeres el mismo poder sobre su cuerpo que los
hombres. Bochornoso.
Así pues, la prohibición del aborto no solo viene marcada, legislada e
impuesta por una sociedad históricamente machista que tiende a decidir por las
mujeres, para mantener el control que sobre ellas recae, como si ellas no
fueran lo suficientemente capaces y cabales sobre sus propios cuerpos, sino que
proviene de una estructura, más amplia. Esa red es la llamada estructura del
patriarcado.
Hablar del aborto, por tanto, es hablar del patriarcado, de la dominación
masculina y del control sobre el cuerpo de las mujeres. Esto tradicionalmente
se ha manifestado legislando sobre ellas sin tenerlas en cuenta.
Pero ¿qué es o qué forma esta estructura patriarcal?
Lo primero que habría que diferenciar entre machismo y patriarcado.
Para explicarlo brevemente, diré que
el machismo es entendido como una actitud individual o colectiva de
prepotencia (física o psicológica) de los hombres respecto de las mujeres y el
patriarcado es toda una estructura social, un red global, en la que diferentes
factores se entrelazan, organizan y se retroalimentan mutuamente para conseguir
que esas conductas misóginas se perpetúen en el tiempo. Gráficamente, el
machismo es la manifestación del patriarcado y, a su vez, la prohibición del
aborto, una muestra más del machismo de
nuestra clase política.
Pero el sistema patriarcal como podemos deducir engloba mucho más de lo que
se entiende por machismo. Éste es solo la punta del iceberg. Lo más evidente. Pero
existe todo un engranaje que hace que el patriarcado se imponga en nuestra
sociedad, ora de forma grotesca ora delicadamente.
Pero, como ser machista está cada vez más castigado socialmente en nuestro
país y en el resto de países occidentales, los que quieren negar la igualdad de
ambos sexos y el derecho de las mujeres buscan, cada vez, mecanismos de actuación más sutiles para seguir
obteniendo lo mismo, es decir, poder sobre las vidas y cuerpos de las mujeres. De hecho son tan etéreos
estos mecanismos que a veces muchos
hombres y mujeres contribuyen a su mantenimiento incluso de manera
inconsciente.
Uno de estos mecanismos es la ignorancia o negación de la realidad. El
silencio sobre estos temas o el no llamar a las cosas por su nombre otorgándole
sinónimos más bondadosos. Porque lo que no se menciona no existe. De hecho, en
la televisión que es el “gran informador
de masas” de nuestra época, no se escucha nada sobre el sistema patriarcal. Cuando
se habla de algo parecido es tan solo de machismo.
Esta global red patriarcal hace todo lo que está en su mano para que no se
conozcan públicamente sus hombradas de machitos. De esta forma poco se sabe de
ese concepto y habrá poco que achacarle.
También encontramos a otras personas que simplemente creen que no es para
tanto, o que ya se están haciendo suficientes cosas para combatir el machismo,
por lo que no se preocupan. Y de esta forma, el patriarcado sigue pasando
desapercibido por la gran mayoría.
Pero hete aquí que lo que se había conseguido en derechos de la mujer durante
muchos años y esfuerzos se pretende suprimir, sorpresivamente, con la nueva
regulación del aborto, con el Ministro Gallardón como creador y la Iglesia
Católica como promotora ideóloga.
De hecho, ha sido tal la avalancha de opiniones en contra del proyecto de
Gallardón, por desfasada y restrictiva, que tanto desde su propio partido, como
desde la sociedad en general se han opuesto de forma visceral. Es curioso que
hasta la ultraderechista francesa,
Marine Le Pen, ha manifestado que no apoyaría en Francia una ley como la de
Gallardón.
¿Quiere esto decir que Gallardón le adelanta por la derecha?
Como digo ha sido tan general la oposición encontrada por este proyecto que
ha conseguido que los populares nerviosos se hayan visto obligados a posponer
su tramitación parlamentaria para que no afecte a los resultados de las
elecciones europeas.
Pero no creáis que esto ocurre exclusivamente en
España. Según publica El Confidencial [1], Alexandra Katehakis y el Center for Healthy Sex (CHS) que vienen
realizando una lista anual sobre los mejores y peores eventos con respecto a
temas sexuales que se han dado en el planeta, ven como existen intentos de
restringir los derechos de las mujeres. Aunque, es cierto que expresan muchos
aspectos positivos, también existen varios puntos negativos que según ese
Centro nos hacen viajar al pasado.
Así, la lista del CHS
hace referencia a que el aborto es legal en USA desde 1973, pero son muchos los políticos que han intentado
burlar o acotar esta ley. El pasado año estados como Dakota del Norte, Carolina
del Norte o Nuevo México han aprobado restricciones sin precedentes que van en
contra de la ley federal. La restricción de unos derechos tan fundamentales es
vista por el CHS como una noticia claramente negativa y retrógrada en los
tiempos que corren. Pero ¿qué les motiva a estos políticos a restringir esos
derechos? El control sobre la mujer.
(Continuará en una posterior entrada)
[1] El Confidencial (30 de
enero de 2014) http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-01-30/las-peores-noticias-recientes-con-respecto-a-la-liberacion-sexual_81920/
Copyright de la imagen http://feministeandocontradiciendo.blogspot.com.es/2012/07/derrotemos-al-patriarcado.html
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