jueves, 27 de febrero de 2014

El aborto y el patriarcado (y III) Final de la serie.



  (Proviene de dos entradas anteriores)
   
   La familia en el patriarcado.

   Siempre se ha considerado a la familia tradicional como un núcleo en nuestra sociedad. Tampoco se puede negar que así sea en parte de nuestra actual sociedad. No lo negamos. Se ha sostenido que la familia compuesta por padre, madre e hijos son responsables del bienestar social y emocional de sus miembros.

   Estas familias están compuestas y se basan en las ideas que la Iglesia y patriarcado han considerado como permisibles. Pero ahora existen otros tipos de familias, no contempladas por la Iglesia y que son vilipendiadas por los seguidores del patriarcado, que también funcionan estupendamente. Algunas, me consta, mucho mejor que las tradicionales.

   Ojo, no cuestiono que las familias tradicionales sean beneficiosas para sus miembros, tan solo digo que por esa regla de tres no se puede negar las bondades de los otros tipos de familias.

   Tradicionalmente, el cabeza de familia, el hombre, por supuesto, era el que salía de casa y conseguía los bienes económicos y materiales para el sostenimiento de su familia. La parte femenina de la familia se quedaba en casa cuidando de la prole y su trabajo no era equiparable económicamente al del marido. Esta parte no era reconocida, no tenía derechos ya que su actividad no se evaluaba económicamente. Todo esto poco a poco, y no en todas las familias, ha ido cambiando para disgusto del patriarcado y de parte de la Iglesia católica, sobre todo en sus grupos más conservadores (Opus Dei, Legionarios de Cristo, etc). Grupos religiosos en los que están muchos ministros del actual gobierno y que influyen notablemente en sus acciones.

   Y esa acción tranquila que va haciendo que todo esto vaya cambiando, con la incorporación de la mujer al mundo laboral, con su capacidad de control de la maternidad con la aparición de los anticonceptivos, los derechos igualitarios con los hombres, etc. es lo que no quieren los miembros del patriarcado que vayan a más.

   Pero para que todo siga igual respecto a la familia tradicional es crucial mantener intacto el modelo socio económico de siempre. Y en este contexto el rol de la mujer lleva siglos definido, considerando su cuerpo como un medio para perpetuar la familia tradicional, para que de esta forma el patriarcado pueda continuar con su dominación y conseguir sus objetivos. Esa capacidad de concebir que tienen las mujeres y el yugo a las que son sometidas por la estructura del patriarcado, son herramientas utilizadas por esta red para controlar quién, cómo y cuándo conciben las mujeres.
  
   El fundamento de la red patriarcal es la reproducción de los individuos  para que puedan continuar estando sometidos por sus reglas que, a su vez, se fundamentan en el modelo tradicional de familia. Y todo esto para seguir reproduciendo hasta la eternidad un modelo basado en la desigualdad en el que las “mujeres incapaces”, como si nunca hubieran dejado de ser niñas pequeñas que necesitan de las enseñanzas de los hombres  y de sus decisiones para actuar correctamente. Las mujeres, según el patriarcado, son seres inferiores que deben someterse para su bien a sus benefactores. Y es por ello que el aborto, al ir en esencia contra de todo lo que predica el patriarcado, se vislumbra como un crimen. Una afrenta que se ven en la obligación de combatir.

   Todo esto no debería hacer meditar sobre qué clase de sociedad queremos para nuestros hijos e hijas, en general, y como queremos ver, en concreto, a nuestras hijas en el futuro, bien como seres indolentes que necesitan de un tutor masculino para decidir sobre sus propios cuerpos y vidas, o, por el contrario, como seres autosuficientes y con control sobre sus propias decisiones. Seres que no necesiten de nadie para ser, para vivir, y para decidir. Seres, en definitiva, con plenos derechos y con capacidad para actuar conforme a los que ellas quieran.

   Y esto se empieza a conseguir, entre otras cosas, dejándoles intacto su derecho a decidir sobre el aborto.


   Veremos después de las elecciones europeas. 












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viernes, 21 de febrero de 2014

El aborto y el patriarcado (y II)






(Viene de una entrada anterior)

Origen del control sobre la mujer

Según la religión católica la única relación sexual permitida es la que existe dentro del matrimonio. Relaciones entre hombre y  mujer y que tienen como finalidad la de engendrar hijos. Para  criarlos en el seno de la Iglesia, por supuesto.

Es por esto que de ese dogma se deriven prohibiciones tales como el divorcio, las relaciones extramatrimoniales (de novios o en adulterio), la homosexualidad, el uso de anticonceptivos, y el aborto. De hecho, en la más ortodoxia católica (hablo de esta religión porque es la que en nuestro país ha influenciado más en las leyes y en la sociedad, pero habría también que criticar en idéntico sentido a las otras monoteístas) cuando en el momento del nacimiento del hijo existen problemas y éste solo pudiera nacer con el sacrificio literal de la madre, la parte más conservadora de la iglesia entiende que debe prevalecer la salud del hijo sobre la madre. Es decir, se escoge al hijo antes que a la madre.

En el siglo XIX casi todas las leyes penales de los países occidentales estaban, de forma notable, influenciadas por la Iglesia, no solo la católica. Estos países incluían en sus preceptos las prohibiciones del aborto, la homosexualidad, el adulterio como si fueran cánones eclesiásticos. Esta influencia fue disminuyendo en toda Europa a medida que el siglo XX llegó a su mitad y a medida que los conocimientos del hombre y la ciencia se extendían. Los países más avanzados se iban haciendo cada vez más laicos en la redacción de sus códigos penales. Pero, claro , en España que no es un país avanzado ni en la actualidad, se vivió un período ultra católico con el régimen franquista, definido como nacional-catolicista, y dichas prohibiciones duraron hasta bien entrada la democracia.

De hecho, casi todos los legisladores de los países europeos han considerado que los dogmas religiosos, en especial el católico, no puede más que estar vigente y obligar a sus propios fieles y que por ello no pueden ser constitutivas de delitos, con la ayuda del Estado para sancionarlos, las vulneraciones de esos cánones. Consecuencia de esta corriente ha sido la práctica despenalización del aborto en casi todos los países europeos.

Así, los únicos países europeos donde el aborto sigue siendo delito de forma absoluta o relativa son Irlanda (con prohibición total), Polonia y España. Países donde, precisamente, la Iglesia Católica ha tenido y tiene un papel predominante en la vida social y legal.

¿Qué persigue el patriarcado?

Se podría contestar a la anterior pregunta con solo una palabra. Poder. Pero seamos un poco más concretos.

Según la periodista y escritora Nuria Varela cuando habla sobre la relación existente entre patriarcado y aborto manifiesta que “(…)La sociedad patriarcal, haciendo uso de todos los recursos a su alcance – desde las leyes, hasta las religiones; desde el control de los recursos económicos, hasta la violencia- nos ha negado a las mujeres nuestra propia sexualidad y el disfrute y el control de nuestro propio cuerpo, de sus capacidades y posibilidades.”

El patriarcado se basa en la tradición y en el constante poder que han tenido los hombres sobre las mujeres. Y su fin, por tanto, es que nada cambie. Que todo siga como hace años y así poder controlar los cuerpos de las féminas.

Pero es evidente que cuando se habla del aborto, cuando se cuestionan esos principios religiosos se están cuestionando las raíces  sobre las que se ha sostenido nuestra cultura y sociedad durante muchos siglos. Y eso no gusta a los que ostentan el poder.  

Porque hay algo que a los que intentan mantener perenne la estructura patriarcal se les escapa o no quieren saber. Algo innegable a todas luces. Tener un embarazo no es lo mismo que ser madre. Las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, por las razones que sean, lo hacen después de recapacitar sobre el tema, a veces ese pensamiento les perdura toda la vida, después de tantear las distintas posibilidades, anhelos, capacidades. Y tras ese difícil proceso, llegan a la conclusión, también complicada, de que no pueden continuar con la gestación.

Para mayor complejidad y hacerlo más espinoso, la mayoría de los motivos por los que las mujeres deciden abortar no son decisiones estrictamente personales o internas. La mayoría de esas decisiones son circunstancias sociales, culturales o económicas. Bien por una violación, por un fallo en los anticonceptivos o falta de información sobre su uso o porque económicamente es inviable tener un hijo en esos momentos.

Y esto el patriarcado no lo puede admitir. Ellos sostienen que las circunstancias no pueden influir a la hora de decidir. Pero las circunstancias no solo influyen sino que a veces deciden por sí mismas. ¿Por qué no iban a tener, esas circunstancias, influencia de decisión en el tema del aborto y en otros temas sí? Imaginémoslo en un contexto de otro delito. Acaso no son importantes las circunstancias atenuantes o eximentes. Acaso es lo mismo saltarse un semáforo por conducir borracho que por llevar un herido a un hospital. El contexto en el que la mujer decide es parte del proceso para determinar si aborta o no y sea cual sea su decisión deberá ser respetada.

Por tanto, el derecho a decidir de la mujer se basa en un principio ético y político: el reconocimiento a la mujer como sujeto propio, con capacidad jurídica y moral plenas para emitir sus propios juicios y tomar sus decisiones. Todo esto unido con el derecho de las mujeres a su vida sexual en el que la maternidad no es más que una opción más debe enlazarse con otros derechos como el de la intimidad de la mujer, el de su seguridad, en su sentido amplio (social, económico, etc.) y en sentido más concreto (su propio cuerpo, física y psíquicamente) y con el derecho a su integridad.

Estos principios alejan a las mujeres de la concepción que de ellas tienen los que defienden, aun sin saberlo, el patriarcado. Ideas  como que las  mujeres son dependientes y  necesitan del amparo y la tutela de los hombres para ser personas y decidir se caen como un castillo de naipes cuando se las razona con un mínimo de lógica.

Pero es que a mayor abundamiento, el respeto a la decisión de una mujer de interrumpir su embarazo es una manifestación más del ejercicio de ese derecho que tiene sobre su cuerpo. Porque, ese derecho a abortar se perfecciona con su acción voluntaria. Es decir, como derecho que es, se ejercita o no, pero nunca se debe imponer. No se obliga a nadie. Y, a sensu contrario, si no se impone el ejercitarlo tampoco se puede imponer su prohibición.

Aunque existen progresos sobre el derecho de las mujeres,  todavía no está todo conseguido y es que, como se ejemplifica en Gallardón, el patriarcado es un rédito que aún da intereses. Y esos intereses no son más que poder para los hombres.

(Continuará y finalizará en una tercera entrada posterior)



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miércoles, 12 de febrero de 2014

Coto de caza a la Ley




Se está tramitando la nueva ley de Seguridad del Tráfico. Actualmente está en el Senado, pero con las mayorías existentes del PP  en ambas Cámaras, seguro que prosperará dicha cuerpo normativo sin más problemas ni añadiduras.

De la lectura de este texto legal me ha sorprendido mucho, tanto que he tenido que releerlo unas cuantas veces, un cambio drástico en la responsabilidad de los propietarios de animales en relación con los conductores de automóviles. Me explico.

El código Civil, vigente hasta el día de hoy que sepamos – y salvo que a Gallardón se le meta otra cosa en la cabeza – regula en su artículo 1905 lo siguiente:

“El poseedor de un animal, o el que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare, aunque se le escape o extravíe. Sólo cesará esta responsabilidad en el caso de que el daño proviniera de fuerza mayor o de culpa del que lo hubiese sufrido.”

Así se ha venido aplicando hasta ahora y en todos los ámbitos. En los accidentes de tráfico ocasionados por la culpa de un animal suelto también era la responsabilidad del dueño del animal o del propietario del coto de caza de turno, si el animal provenía de dicho espacio acotado.

Pero con la nueva ley de PP esto va a cambiar. Y ¿sabéis a quién va a favorecer quitándoles responsabilidades? ¿A los más débiles, a los que van con su coche de diez años y tienen la mala suerte de conducir por una carretera que atraviesa un coto de caza cuando se escapa un animal? No, hombre ¿A los propietarios de los cotos que hacen negocio matando animales? Pues sí, a esos mismos.

Con la nueva regulación que se pretende aprobar, si existe un accidente de tráfico por atropellar un animal y tú estás circulando por una carretera que transcurre por un coto de caza y tras ese atropello, tu coche o motocicleta quedan siniestrados o si se producen otros daños a terceros, el responsable a indemnizar por los daños sufridos va a ser el conductor del vehículo, o sea, tú.  Eso sí, no te hace pagar el precio del animal, menos mal, y existe la excepción de caza mayor (animales mayores de zorros, es decir, la minoría) o cuando el propietario del coto tenga las vallas rotas o no haya señalizado conforme a la legislación.

La nueva Disposición adicional novena, sobre la responsabilidad en accidentes de tráfico por atropellos de especies cinegéticas establece:

En accidentes de tráfico ocasionados por atropello de especies cinegéticas en las vías públicas será responsable de los daños a personas o bienes el conductor del vehículo, sin que pueda reclamarse por el valor de los animales que irrumpan en aquéllas. No obstante, será responsable de los daños a personas o bienes el titular del aprovechamiento cinegético o, en su defecto, el propietario del terreno, cuando el accidente de tráfico sea consecuencia directa de una acción de caza colectiva de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido veinticuatro horas antes de aquél.

También podrá ser responsable el titular de la vía pública en la que se produzca el accidente como consecuencia de no haber reparado la valla de cerramiento en plazo, en su caso, o por no disponer de la señalización específica de animales sueltos en tramos con alta accidentalidad por colisión de vehículos con los mismos.”

En España existen más de veinticuatro mil cotos de caza sin contar las regiones de Extremadura, Galicia, ni Asturias (no estaban disponibles los datos). O sea, que son muchos más y según la Dirección General de Tráfico el año 2012 se produjeron 484 siniestros con víctimas por atropellos de animales. Pero el Consejo Estatal para el Patrimonio Natural y Biodiversidad calculan que al año se producen entre 15.000 y 20.000 accidentes por atropellos de animales. Por tanto, para la sociedad de cazadores la responsabilidad civil por esta clase de accidentes es un peso que no están dispuestos a soportar. Y así se lo han hecho saber al gobierno de Rajoy.

Así, el lobby de los propietarios de cotos de caza, (ignoro si hay algún miembro del gobierno afín a tal hobby, pero no me extrañaría viendo la nueva redacción de la Disposición Adicional) ha empujado o “convencido” lo suficiente para que cuando se escapen animales huyendo de la matanza con la que se distraen los señoritos, no sea culpa de los propietarios del coto, sino del pobre infeliz que va conduciendo tranquilamente, sin que se le pase por la imaginación, que, sorpresivamente, se le va a cruzar un animal huyendo aterrorizado por salvar su vida. ¿No os sorprende tal cambio en la culpabilidad y, por tanto, en la responsabilidad civil?

Comprobamos, con asombro, como con esta tramitación en curso, estos señores deciden dejar de aplicar el código civil cuando les interesa porque interfiere a sus propósitos (liberar de responsabilidades a los que hacen negocios con la caza). La ley se convierte en un juguete que pueden arrojar debajo de la cama cuando se aburren de él o cuando encuentran otro mejor.


Y frente a un Gobierno que no cumple  la ley poco se puede hacer. Podemos empezar no votándolos la próxima vez. 


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viernes, 7 de febrero de 2014

Lo que lleva el cargo


Ayer hubo mucho movimiento político y periodístico por culpa de la  “hipotética” reunión secreta entre el presidente Rajoy y Mas.  Tan tensa es la situación interna actual que cualquier atisbo de reunión o llamadas se convierte en noticia. De hecho sonaba tan fuerte el rumor del encuentro que el gobierno regional catalán tuvo que sacar un comunicado desmintiendo dicha noticia. Tan alto fue el murmullo que Mas se planteó salir al balcón para que vieran que estaba allí. No me lo creo ni que no hubiera reunión.

Sin embargo, tras el intento de los periodistas de verificar la noticia con la Moncloa, esta se limitó a comunicar que el presidente del gobierno no acostumbra a informar sobre su agenda privada.

¿Acaso un presidente del gobierno tiene derecho a tener agenda privada, a parte de su vida familiar? Rajoy tendría que rendir cuentas por todo lo que hace mientras es jefe del gobierno y viva en la Moncloa. Salvo lo estrictamente familiar (y no todo, sino que le pregunten a Hollande),  lo demás es asunto público. Por eso vive en un palacete que no es suyo y a costa de los ciudadanos.

Pero además, una reunión entre el presidente del gobierno y el presidente de una comunidad que quiere independizarse y que está acusando a España de que le roba, en el caso de existir, no puede ser privada. Será todo lo discreta que se necesite, pero no privada hasta el punto de no informar ni si quiera a posteriori.

¿Qué les pasa a nuestros políticos?

El sueldo de Presidente de Gobierno así como el de los diputados lleva unos pluses que tienen que asumir. La obligación de informar, ser transparentes y honrados en sus quehaceres va implícito en el cargo.

Se puede cabrear muchísimo la vicepresidenta Soraya porque unos jueces (a los que ya les están sacando informes sobre su parcialidad) hayan dicho que el escrache que hicieron unos ciudadanos en su domicilio no era sancionable.  Se pueden cabrear todos los de ABC, La Razón, 13 TV e Intereconomía, el Ministerio Fiscal y el propio Gobierno en pleno, pero el que unos manifestantes griten durante veinte minutos “sí se puede, pero no quieren” o “Soraya, Soraya, quién paga tu casa” no debería ser, en un país democrático, un motivo para condenar a nadie.

Es más, algo que no se ha comentado mucho es que  la jueza que examina el caso lo hace en segunda instancia. Porque es su Sección 16ª de la Audiencia Provincial de Madrid, la que únicamente ha confirmado el archivo de las actuaciones decretado por el juez Sexmero.

Es más, pudo simplemente rechazar el recurso por extemporáneo. El ministerio público, en un alarde de su profesionalidad, presentó el recurso doce días fuera de plazo. Como digo, la Audiencia Provincial pudo rechazar el recurso sin entrar a conocer el fondo del mismo, pero por “evidentes razones de interés público” procedió a hacerlo.

Lo primero que hace la Audiencia es confirmar las palabras del juez Sexmero. Luego rechaza todos los intentos del fiscal de considerar delito lo allí sucedido. En cuanto a la Vicepresidenta sostiene el Auto que “no se exterioriza que la finalidad perseguida [por el escrache] sea la de quebrantar la voluntad política de la vicepresidenta, salvo que todo legítimo intento o deseo de influir en el criterio de otro sea calificado como tal”, que los manifestantes no portaban armas, ni se produjeron daños a objetos o bienes a terceros.

La Audiencia Provincial  considera “evidente” que las manifestaciones y concentraciones se producen como “medio de protesta” y son “un mecanismo ordinario de participación democrática y expresión del pluralismo”. Y continúa: “Y lo mismo puede decirse del presente caso, sin que la particularidad de haberse producido frente al domicilio de la vicepresidenta del Gobierno le confiera otro carácter”.

Es decir, por ser vicepresidenta del Gobierno no se te confieren derechos extraordinarios, ni reuniones secretas con otros políticos. Como todo político tiene que estar sometido a la opinión pública y al visto bueno de los ciudadanos. Por eso, si lo haces mal en tu gestión y los ciudadanos protestan tienes que aguantarte porque manifestarse durante 20 minutos es un precio demasiado pequeño para el mal que muchos españoles  están sufriendo a causa de sus decisiones.

Por ello, ningún político puede tener derechos extraordinarios o agendas privadas cuando su sueldo y su tan cómodo estilo de vida se lo estamos sufragando entre todos, con las dificultades que a muchos esos impuestos les provocan.


Que hubieran escogido otra forma de ganarse la vida.











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lunes, 3 de febrero de 2014

El aborto y el patriarcado



   Hacer un artículo sobre el derecho al aborto debería ser muy sencillo. Igual que hacerlo sobre el derecho a las operaciones quirúrgicas de juanetes  o sobre la extracción de una muela del juicio, operaciones que nadie discute. En teoría debería ser tan sencillo para una mujer decidir qué hacer con su cuerpo y cuándo hacerlo como lo es para un hombre decidir si se opera de miopía o de menisco. A él nadie le cuestiona nada. Pero en la práctica y en la legislación (y más si Gallardón está por medio), no es así. No tienen las mujeres el mismo poder sobre su cuerpo que los hombres. Bochornoso.

   Así pues, la prohibición del aborto no solo viene marcada, legislada e impuesta por una sociedad históricamente machista que tiende a decidir por las mujeres, para mantener el control que sobre ellas recae, como si ellas no fueran lo suficientemente capaces y cabales sobre sus propios cuerpos, sino que proviene de una estructura, más amplia. Esa red es la llamada estructura del patriarcado.

   Hablar del aborto, por tanto, es hablar del patriarcado, de la dominación masculina y del control sobre el cuerpo de las mujeres. Esto tradicionalmente se ha manifestado legislando sobre ellas sin tenerlas en cuenta.

   Pero ¿qué es o qué forma esta estructura patriarcal?

   Lo primero que habría que diferenciar entre machismo y patriarcado.

   Para explicarlo brevemente, diré que  el machismo es entendido como una actitud individual o colectiva de prepotencia (física o psicológica) de los hombres respecto de las mujeres y el patriarcado es toda una estructura social, un red global, en la que diferentes factores se entrelazan, organizan y se retroalimentan mutuamente para conseguir que esas conductas misóginas se perpetúen en el tiempo. Gráficamente, el machismo es la manifestación del patriarcado y, a su vez, la prohibición del aborto,  una muestra más del machismo de nuestra clase política.

   Pero el sistema patriarcal como podemos deducir engloba mucho más de lo que se entiende por machismo. Éste es solo la punta del iceberg. Lo más evidente. Pero existe todo un engranaje que hace que el patriarcado se imponga en nuestra sociedad, ora de forma grotesca ora delicadamente.

   Pero, como ser machista está cada vez más castigado socialmente en nuestro país y en el resto de países occidentales, los que quieren negar la igualdad de ambos sexos y el derecho de las mujeres buscan, cada vez,  mecanismos de actuación más sutiles para seguir obteniendo lo mismo, es decir, poder sobre las vidas y  cuerpos de las mujeres. De hecho son tan etéreos estos mecanismos que a veces  muchos hombres y mujeres contribuyen a su mantenimiento incluso de manera inconsciente.

   Uno de estos mecanismos es la ignorancia o negación de la realidad. El silencio sobre estos temas o el no llamar a las cosas por su nombre otorgándole sinónimos más bondadosos. Porque lo que no se menciona no existe. De hecho, en la televisión que es el “gran  informador de masas” de nuestra época, no se escucha nada sobre el sistema patriarcal. Cuando se habla de algo parecido es tan solo de machismo.

   Esta global red patriarcal hace todo lo que está en su mano para que no se conozcan públicamente sus hombradas de machitos. De esta forma poco se sabe de ese concepto y habrá poco que achacarle.

   También encontramos a otras personas que simplemente creen que no es para tanto, o que ya se están haciendo suficientes cosas para combatir el machismo, por lo que no se preocupan. Y de esta forma, el patriarcado sigue pasando desapercibido por la gran mayoría.

   Pero hete aquí que lo que se había conseguido en derechos de la mujer durante muchos años y esfuerzos se pretende suprimir, sorpresivamente, con la nueva regulación del aborto, con el Ministro Gallardón como creador y la Iglesia Católica como promotora ideóloga.

   De hecho, ha sido tal la avalancha de opiniones en contra del proyecto de Gallardón, por desfasada y restrictiva, que tanto desde su propio partido, como desde la sociedad en general se han opuesto de forma visceral. Es curioso que hasta  la ultraderechista francesa, Marine Le Pen, ha manifestado que no apoyaría en Francia una ley como la de Gallardón. 

   ¿Quiere esto decir que Gallardón le adelanta por la derecha?

  Como digo ha sido tan general la oposición encontrada por este proyecto que ha conseguido que los populares nerviosos se hayan visto obligados a posponer su tramitación parlamentaria para que no afecte a los resultados de las elecciones europeas.

   Pero no creáis que esto ocurre exclusivamente en España. Según publica El Confidencial [1], Alexandra Katehakis y el Center for Healthy Sex (CHS) que vienen realizando una lista anual sobre los mejores y peores eventos con respecto a temas sexuales que se han dado en el planeta, ven como existen intentos de restringir los derechos de las mujeres. Aunque, es cierto que expresan muchos aspectos positivos, también existen varios puntos negativos que según ese Centro nos hacen viajar al pasado.

   Así, la lista del CHS hace referencia a que el aborto es legal en USA desde 1973, pero son muchos los políticos que han intentado burlar o acotar esta ley. El pasado año estados como Dakota del Norte, Carolina del Norte o Nuevo México han aprobado restricciones sin precedentes que van en contra de la ley federal. La restricción de unos derechos tan fundamentales es vista por el CHS como una noticia claramente negativa y retrógrada en los tiempos que corren. Pero ¿qué les motiva a estos políticos a restringir esos derechos? El control sobre la mujer.

   (Continuará en una posterior entrada)



[1] El Confidencial (30 de enero de 2014) http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-01-30/las-peores-noticias-recientes-con-respecto-a-la-liberacion-sexual_81920/






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