jueves, 26 de septiembre de 2013

Los políticos. Nuestra cruz.



¿Qué podemos hacer contra la estupidez de los políticos? No cabe duda que cuando un ser humano con dos dedos de frente y sentido común se sienta en la poltrona del poder, algo pasa en su cerebro, cortocircuitos de ver a un chófer inclinándole de cabeza, y se produce un formateo de todo lo que tenía ese ser de honrado, transparente y cabal.

Y no me refiero a un político en concreto, qué va, me refiero a todos. A todos les pasa lo mismo. Todos se distorsionan. Todos se pierden en el camino. Supongo que contentar a todos los ciudadanos cuando se está al frente de una institución pública será muy difícil, y más si enfrente estamos los españoles, que nos caracterizamos por estar siempre descontentos con todo, pero de ahí a volverse gilipollas hay un trecho muy largo, que, desgraciadamente, nuestros políticos recorren más rápido que Usain Bolt.

Es que no hay por dónde cogerlos.

Rajoy parecía un tipo íntegro y honrado. Era tan aburrido y tan gris que no podía nadie creer que estuviera metido en algún lío. En comparación con él, Jack Lemmon en el Apartamento (B. Wilder, 1960) era Pocholo en Ibiza.

Pues resulta que el hombre ha estado, bien por acción bien por omisión, permitiendo la financiación ilegal del mayor partido que existe actualmente en España. El partido que gobierna el país, la mayoría de las comunidades autónomas, la mayoría de Ayuntamientos y Diputaciones Provinciales, no puede estar siendo financiado por parte de empresas privadas de una forma opaca y fuera de la legalidad, quiero decir, ilegalmente. No debería, al menos.

Si esto es así, y el partido de la oposición tampoco le va a la zaga (todavía recordamos los casos Filesa, BOE, entre otros de la era felipista y los actuales ERE), el sistema está completamente podrido. Hay unos señores que entregan cantidades ingente de dinero para esperar favores de concesiones administrativas públicas. Si no ¿para qué iban a entregar dinero? ¿Les caía tan bien el Sr. Bárcenas que necesitaban darles unos dineritos? Anda chato, toma, para que te tomes una a mi salud.

Si los señores del PP, y también del PSOE, recibían “esos  dineros”  por hacer su trabajo, ya de por sí bien remunerado, que se puede esperar que hagan con los jueces que intenten investigarlos. Si existe falta de escrúpulos para una cosa ¿a caso no los olvidarán para el resto si les conviene?

Al juez que pretendía llevar a Rita Barberá y a Camps al banquillo por el caso Noós, ya le han dicho que nanay de la China. Tararí que te vi con pedorreta incluida. Y eso que no hemos hablado de la Corona. ¿Qué creéis que pasará con el Juez del caso Noós? Ya lo está vigilando, parece ser que el CNI. Recientemente le han sacado en fotografías tomándose un cafelito con una abogada de las partes procesales. También el tío es listo.

¿Qué pasará con el juez Ruz que investiga el caso Bárcenas? ¿Por qué la Fiscalía Anticorrupción que debería ser absolutamente neutral se opone a que Rajoy, Rato y Mayor Oreja declaren como testigos? ¿No sería bueno para todos aclarar de una vez lo que pasa y depurarlo?

Pues como digo todo está podrido y corrupto. Ya no sabes en quién confiar tu voto. Tenemos los ciudadanos un sentimiento de orfandad terrible. No existe un líder que nos dirija hacia un punto estratégico que veamos que ayudaría a todos los españoles salir de la crisis por igual. Aquí, las diferencias entre pobres y ricos cada vez es mayor. Cada vez son menos y más ricos los unos y, por otro lado, se engrandece el número de personas que dependen de beneficencia. Los políticos y las grandes empresas no ven mermados sus patrimonios y los trabajadores con nóminas, desempleados y los jubilados cada vez tienen menos dinero y menos esperanzas.

Si los que  confeccionan los presupuestos vieran que hay partidas que no solo no hay que dejar como están sino que hay que aumentar (me refiero a investigación, concretamente) y que otras se pueden ir reduciendo para compensar como gastos a la Corona, partidos políticos, administraciones autonómicas, etc., todo sería más fácil para los españoles de a pie. Pero se empecinan en bajar las pensiones con el factor de sostenibilidad, hacer pagar a los jubilados sus medicamentos, subir el IVA, y un etcétera que conocemos todos.

Otro ejemplo de la idiotez de nuestros políticos la podemos advertir, verbigracia, en Artur Mas. Con su descabellada idea de independizar la región catalana del resto de España va a perjudicar a muchos de los ciudadanos de aquella comunidad. Ya lo han comunicado varias empresas, como la Editorial Planeta, pero la que ya está moviendo hilos para largarse de allí es Volkswagen que ya tiene diseñado el abandono de Cataluña para establecerse en Madrid. Según el Confidencial desde 2010 son ya más de 1.000 las empresas que han dejado Cataluña para instalarse en la capital de España. Gracias Arturito, eres un crack.

Mientras tanto, los grandes patrimonios siguen tributando al 1% con las SICAVs (Sociedades de Inversión de Capital Variable). Ni Zp ni Rajoy han cambiado la forma de tributar de estos productos destinados a los muy ricos, entre ellos, claro está, también la Iglesia. Cuyo ejemplo más importante es Finanzas Querqus, SICAV, SA, propiedad de los Hospitalarios de San Juan de Dios. Precisamente, Querqus ha decidido invertir en bolsa y lo más llamativo es en dónde ha depositado su confianza y sus fondos. Según la auditoría de la empresa Doloitte del año 2011, la Iglesia a través de Querqus invirtió en la empresa Mediaset (propietaria de Tele 5, esa cadena tan escrupulosa con sus contenidos), Grupo Prisa (dueña de El País, Ser y Canal + entre otras),  las bodegas Barón de Ley y, por supuesto, en el propio Banco Santander con el que existe una excelente relación.

Otro dato curioso. Según un informe de J.P. Morgan, los grandes bancos mundiales han comprado el 75% de las deudas soberanas (con un desplome de los inversores minoristas), es decir, las oligarquías financieras, esas que se aprovechan de las diferentes burbujas se están adueñando de los fondos de los Tesoros Públicos y así manejan a su antojo a los políticos. Estos se convierten en dependientes estructuralmente de los grandes bancos. Y se dejan, que es lo peor.

Como digo, los políticos, en general, corruptos, con el sentido común huyendo despavorido en cuanto juran sus cargos, y decidiendo con esa iluminada agilidad mental que la clase media, esa que levanta a un país, se desplome hacia la escasez, es la que nos gobierna. Por ello, pediría a todos lo que puedan o quieran que el día de las próximas elecciones no voten a los representantes de los partidos tradicionales. Esos que están acostumbrados a repartirse el poder ya no nos valen. Ahora dejen paso a otros para ver si es posible el cambio.


Espero que esos nuevos políticos  conserven un poco el sentido común. No es imposible, existen ejemplos. Fíjense en el Papa Francisco. Está haciendo que hasta ateos lo miren con buenos ojos.



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