miércoles, 15 de enero de 2014

La cuesta de febrero


   En estos días encontramos la polémica en si la Infanta accede al Juzgado de Palma por la cuesta tan filmada por las televisiones o si debería tener un trato de favor, vista su familia y entrar directamente al Juzgado en coche con los cristales tintados, supongo. Veremos.

   Después de dos años de instrucción, en los que se han interpuesto múltiples recursos para entorpecer la imputación de tan real imputada, ahora dicen sus abogados que la Infanta quiere voluntariamente declarar para que se esclarezca el asunto. No me lo creo.

   Si así lo quisiera ahora o lo hubiese querido, se le podría preguntar ¿por qué presentó, entonces, un recurso cuando se le imputó la anterior vez y resolvió la Audiencia desimputándola? ¿No quería entonces ayudar a la Justicia? De haber sido así, hubiera acudido por aquel entonces rauda y veloz a la sede judicial. Pero prefirió que se manifestaran los jueces ante el recurso. Ignoro si hubo presiones a los magistrados de la Audiencia.

   Y, ahora, ¿por qué cambia de opinión? ¿Estrategia procesal? Puede ser que le han informado bajo cuerda que si hubiese presentado un recurso, esta vez, la Audiencia Provincial lo hubiera tenido que desestimar por lo pormenorizadamente fundado del Auto de Imputación del Juez Castro. Exactamente 227 folios dándole vueltas a la cosa del porqué y justificándose ante toda España. Y, claro, si recurren y se lo echan para atrás, queda un poco feo en una familia que tiene que dar ejemplo. Un desprestigio vamos.

   Por eso acude según su abogado, el independentista Roca,  voluntariamente… Perdón,  voluntariamente, los buenos días, porque aquí no hay nada voluntario. En esta caso ha sido citada por un Juez de instrucción, al que tenemos obligación de obedecer y si no acude a la cita, el instructor podría mandar a una pareja de guardias civiles, con tricornios y bigotes, a su casa para conducirla hasta el juzgado.

   Lo que está claro es que tiene que ir y que deberá pasar el paseíllo de la cuesta. Será su particular cuesta de febrero. Por primera vez un miembro de la Familia Real ha sido imputado. Cada vez somos más sofisticados. En otras tierras y épocas se usaban guillotinas. Aquí se imputan. Vamos avanzando algo en este país.

   Como decía, la Infanta tendrá que hacer ese incómodo paseo a la vista de todos los españoles (que habrá muchos allí por el morbo). Aunque ahí está el solicito y siempre dispuesto Gallardón, el sucesor de Vestrynge en la Secretaría General de Alianza Popular, para impedirlo. Según él, y algunos de su partido, sería mejor que acudiera en coche para evitar el circo mediático. No fueran a manifestarse los ciudadanos que las formas son las formas.


   Pero, a mi parecer, la Infanta debería ir a pie hasta el Juzgado. Debería transitar por esa pasarela de la opinión pública igual que lo hacen todos los imputados e igual que lo hizo los otros imputados en los mismos autos. Igual que su marido. Es una española más, y así lo repiten cada vez que tienen ocasión  y como tal debería actuar. Sin privilegios

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