Como hoy es 1 de mayo, me viene perfecto para hablar de huelgas y trabajadores.
Ver en la actualidad a trabajadores manifestándose y
en huelga cada vez es, desgraciadamente, una estampa más habitual. Pero algo
que damos por hecho, como es el dejar de trabajar y salir a protestar, no es
algo que los trabajadores hayamos tenido siempre.
Actualmente, el ejercicio de la huelga es
un derecho fundamental. Está recogido en la Sección Primera del Capítulo II de
la Constitución Española de 1978, que regula los Derechos Fundamentales y las
Libertades Públicas. Concretamente en su artículo 28.2.
El derecho a la huelga está considerado
como una de las mayores conquistas de los trabajadores. Pero como digo, no
siempre fue un derecho, y mucho menos un derecho fundamental.
Es cierto, asimismo, que huelgas o las
protestas más o menos organizadas han existido desde hace mucho tiempo. No
siempre han podido ejercer con éxito dicho derecho los trabajadores sometidos a
reglas inhumanas, pero existen datos en cuanto a la cronología de las huelgas
muy curiosos. Nos detendremos en la más antigua de la que tenemos constancia.
De la primera huelga que tenemos
conocimiento en el mundo no es del siglo XX, ni si quiera del XIX. La primera
huelga documentada de la historia tuvo lugar por los obreros que construían la
tumba del faraón Ramsés III. Fue en el año 1166 a. C. ¡Hace la friolera de más
de 3.000 años!
Se ha conocido por el descubrimiento de un
papiro conocido como “el papiro de la Huelga de Turín”. En aquella época el
país del Nilo estaba gobernado por Ramsés III, de la XX Dinastía y tuvo que
gastarse mucho dinero en las interminables guerras con los hititas, filisteos,
libios y aqueos. Esta dedicación de los fondos públicos a las guerras ocasionó
que los enemigos del faraón cortaran las rutas comerciales, haciendo que las
recaudaciones de impuestos cayeran a niveles muy bajos y que se tuvieran que
contratar y pagar a un gran número de mercenarios. Como resultado de estas
luchas, de la existente corrupción de los funcionarios y la mala administración
de los bienes, Egipto se vio de lleno en una gran crisis que lo hizo meterse de
lleno en el inicio de su ocaso. ¿Os suena de algo?
Pero volvamos a la huelga. Los obreros y
artesanos que trabajaban en la necrópolis ante la falta de pago del Visir
(llevaban más de 20 días sin cobrar), tomaron la decisión de detener sus labores
y reclamar al escriba vestidos, comidas y bebidas para ellos y sus familias.
Proclamaron a los sacerdotes: “hemos venido aquí empujados por el hambre y por
la sed; no tenemos vestidos, ni aceites, ni pescados, ni legumbres. Escriban
esto al faraón, nuestro buen señor, y al visir, nuestro jefe. ¡Qué nos den
nuestro sustento!”
Ante la falta de pago de los salarios, que
no llegaban, y la desesperación de los trabajadores, decidieron ocupar el
templo de Tutmosis III gritando “Tenemos hambre”. Acto histórico, sin duda.
Pero ahí no quedó la cosa. Ante la
imposibilidad de desalojarlos se les pagó los salarios adeudados. Pero como
también les debían los actuales los trabajadores radicalizaron la huelga
haciendo que el propio Visir, un conspirador enemistado con el faraón llamado
Ta, tuviera que tomar cartas en el
asunto y aceptar sus peticiones.
Se desconoce como acabó el conflicto
colectivo, pero parece que no tuvo buen final. El Visir no cumplió sus
promesas, prefería ocuparse de sus intrigas palaciegas en contra del faraón. El
poblado de los obreros desapareció. Al mismo tiempo, las tumbas más importantes
del Valle de los Reyes comenzaron a ser despojadas con tal pericia que los
ladrones parecían que conocían al dedillo dónde localizar sus tesoros.
En España, no se declararía la primera
huelga general hasta 1855. Más de 3.000 años después.
Asombroso los datos que nos das. La mayoría de los profanos en estos temas solemos pensar que las primeras huelgas se dieron tras el desarrollo de la revolución industrial, con el inicio de la lucha de la clase obrera. Está claro que todo está inventado.
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