¡Por fin una
buena noticia! El número de desempleados ha bajado en casi cinco mil personas.
Es cierto que es el mes de marzo que menos ha bajado, como dice la oposición, y no es menos cierto que la
Semana Santa ha tenido mucho que ver. Pero qué buena noticia para esas 4979
familias. Qué magnífica noticia para esas personas que han comenzado a
trabajar. Para la confianza de esas personas es un empujón de autoestima
brutal.
Cuando alguien se encuentra parado, y yo he sido uno de esos y ahora lo
es mi pareja, aunque lo racionalices y sepas con absoluta certeza que no
depende de ti, en el fondo de tu cabecita, en un lugar tan profundo que no sale
a menudo, pero lo suficientemente cerca para hacerse notar, existe un malvado
pensamiento que te dice que estás en paro por tu culpa. Insisto, aunque sepas
que no es verdad. Ese pésimo pensamiento, a medida que pasan los días sin saber
cuándo trabajarás otra vez, se va haciendo cada vez con más terreno en tu
cerebro y por día que pasa, es más dañino.
Cuando se está
desempleado la autoestima está por los suelos, sientes que no sirves para nada,
que estás en esa cruel situación porque no existe empresa que quiera de tus
servicios por lo mal profesional que eres. Y cualquier otro puñal que tu mente
quiera hincarte, si le dejas, te lo hundirá.
Además está el
tema de la incertidumbre. Porque a tiro pasado, cuando ya se está trabajando y
piensas, estuve parado dos, ocho , diez, quince meses y te engañas diciendo:
fue soportable. Pero cuando estás dentro de esa vorágine que es el desempleo y
no sabes cuándo va a acabar, la sensación de ahogo y de fatalidad es mayor y
más autodestructiva.
Pero hay que
tener esperanzas y fe. Hay que deshacerse de esos pensamientos negativos. Hay
que ser optimistas (es fácil decirlo diréis), pensar que se acabará tarde o
temprano, mejor temprano, claro está y cuando estéis muy tristes por la
situación obligaros a salir de casa, ir a ver a amigos, a familiares o lo que
sea para distraerse. Cuando se está parado, buscar trabajo es una profesión,
pero no se puede obsesionarse con eso. No se puede pensar en eso todo el día
porque puede llegar a hacer daño.
Hay que tener fe
y esperanzas porque cuando menos te lo esperas, eres de esos 4979 y la vida se
vuelve un poco más agradable y te sonríe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario