sábado, 31 de agosto de 2013

Siria, el Centro Comercial. (y II)



(Viene de otra entrada anterior)

Hay muchos intereses económicos en esa zona como para dejarlo de lado. Es como si Siria fuera un gran Centro Comercial al que ir a comprar y vender los fines de semana. Una zona de grandes negocios en conflicto no puede dejarse que se vaya solucionando sin influirle por qué camino coger.

Por ejemplo, desde 2012, Irán ha aumentado drásticamente su apoyo militar a las fuerzas del presidente Sirio. Las armas que aportó Irán llegaron al grupo Hezbolá y este grupo se volvió cada vez más activo dentro de Siria.

Irán ha contestado que está tan dispuesta a ayudar a Siria como EEUU a atacarlo. Y que las consecuencias no se quedarán en Siria, sino que afectará a toda la región. Léase a Israel o Turquía. Igualmente, desde que se impusieron sanciones contra Teherán, la relación económica entre ambos países aumentó en beneficio mutuo.

Concretamente, el mes pasado se firmó un acuerdo entre Irak, Irán y Siria un acuerdo para la construcción del mayor gaseoducto en el Medio Oriente. Transportará gas natural desde el sur de Irán hasta Europa. Claro está, que este negocio no le ha gustado a todo el mundo. Según Dimitry Minin, del Centro Global Research “los aliados de occidente que abastecen de gas y petróleo a Europa desde el Golfo Pérsico no están contentos y tampoco está contento el principal transportista de gas actualmente: Turquía.” Ahí vemos el tan altruista motivo por el que Turquía se une al baile.

Nafeez Ahmed, director del Instituto para la investigación de Política y Desarrollo en el Reino Unido escribió en el períodico The Guardian que “el gaseoducto es una bofetada directa para Qatar que planea construir su propio gaseoducto a través de Arabia Saudita, Jordania, Siria y Turquía, también para abastecer a los mercados europeos, con el apoyo de Estados Unidos.” Según Ahmed “Estados Unidos, Israel, y otras potencias han sido jugadores muy poco honestos. Detrás de la fachada de preocupación humanitaria, hay intereses familiares en juego.”

Como vemos, los motivos humanitarios poco a poco se van diluyendo como azucarillos ante tal cúmulo de intereses económicos en aquella región de tantos actores implicados.

Hasta ahora, China ha mantenido un perfil bajo en esta cuestión, pero poco a poco están mutando. Se oponen al ataque estadounidense sin tener el beneplácito de la ONU. El Global Times, un periódico afiliado al Partido Comunista afirma, según la BBC, que “las fuerzas alrededor del mundo que se oponen a una intervención militar externa deben unirse para prevenir, hasta donde sea posible, que Estados Unidos, Reino Unido y otros lancen ataques aéreos contra Siria. Y si esto no se puede evitar, deben abiertamente apoyar al gobierno sirio para entablar una resistencia. Rusia e Irán necesitan considerar el ofrecimiento de asistencia militar directa, y China y otros países deben dar su apoyo"

Pero China tampoco está exenta de pecados y tampoco le mueve un deseo humanitario y de apoyo al débil oprimido. Desde 2011 China fue el principal socio comercial con Siria con exportaciones evaluadas en más de 2.400 millones de dólares. No es mucho dinero, pero lo que no se quiere, sobre todo, es a una mayor presencia de los Estados Unidos en la región.

Tal y como explica Amanda Paul, analista del Centro de Política Europea, en China “hay temores de que una presencia militar de EEUU en Siria conduzca a un ataque contra Irán, lo cual otorgaría a occidente mayor acceso a los recursos energéticos de la región”. Y eso, humanitariamente, no se puede tolerar.

Otra repercusión de esta medida de Obama puede ser que Rusia decida intervenir. De hecho, ya lo está haciendo mandando barcos a la zona. Y desde su gobierno han explicado que una intervención militar en Siria tendría consecuencias catastróficas. Aunque luego han bajado el tono diciendo que Rusia no tiene pensado entrar en guerra con nadie. Pero claro, existen otras formas de poder fastidiar a los Estados Unidos por su intervención sin necesidad de gastar pólvora, como por ejemplo, incrementar el abastecimiento de armas a Damasco o reducir sus negocios con EEUU.

Lo que está claro es que después de perder grandes contratos armamentísticos con Irán debido a las sanciones y la cancelación de otros contratos con Libia, la industria armamentística rusa necesita suculentos contratos con los que dejar de bajar escalones en el mercado de la defensa armada.

Todo ello nos lleva a ver que lo que menos importa a todos los actores implicados son los pobres civiles muertos. Ellos precisamente son la excusa para poder hacer algo que hasta ahora querían pero no podían. Todos querían intervenir para influir en la zona e imponer sus negocios pero hasta ahora no tenían una justificación. Y hay que hacerlo rápidamente, no vaya a ser que el informe de la ONU diga otra cosa y se termine la oportunidad.

El Centro Comercial de Siria tiene  un horario y hay que ir a comprar antes del cierre. Corran, pues.

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