miércoles, 9 de octubre de 2013

La Diada, la conmemoración de una derrota española (y IV)





(Viene de una entrada anterior)

Con la victoria electoral de los tories en Inglaterra y su decisión de acabar con la guerra lo antes posible, pues consideraban que una unión de España y Austria era peor que la unión con Francia, Inglaterra y los demás países empezaron la negociación de la Paz de Utrecht, como siempre, a espaldas de España. Londres pasó a reconocer a Felipe V como rey de España a cambio de las invadidas Menorca, Gibraltar y ventajas comerciales en Hispanoamérica. Las conversaciones se iniciaron en 1712 y España no fue invitada a las mismas. Me suena.

Mientras tanto, Carlos III abandonó Barcelona para hacerse cargo del Imperio de su abuelo tras la repentina muerte de su hermano y dejó a su esposa Isabel Cristina como regente y en garantía de que no renunciaba al trono.

El 11 de abril de 1713 se firmó el tratado de Utrecht y se repartieron España entre los distintos contendientes. Todos recibieron algo, salvo el Sacro Imperio Romano Germánico del ya Carlos VI, que hasta que no renunciara al trono español no se harían efectivas las cesiones concedidas. En la negociación del tratado, Ana de Inglaterra pretendió que se atendiera al caso de los catalanes. Felipe V se negó, pero prometió una amnistía general. Los ingleses no insistieron puesto que tenían prisas en que se firmara un tratado tan ventajoso para ellos. La Pérfida Albión fue la gran vencedora ya que se le otorgaron estratégicas plazas coloniales y puertos marítimos que fueron la base de su incipiente imperio. Austria, presionada por las urgencias inglesas, accedió a firmar el Tratado y procedió a la evacuación de las tropas en Cataluña. En la firma de Utrecht se concedió a los catalanes una amnistía general y que tendrían los mismos derechos que los súbditos castellanos.

El Tratado de Baden supuso el abandono definitivo de Carlos VI  de Cataluña, pero Barcelona continuaba insurrecta. Por ello, se le asedió de nuevo hasta el 11 de septiembre de 1714 en la que se ordenó su asalto.

Antes del citado asalto y en un último intento de llamar a los ciudadanos de Barcelona a su defensa se publicó un bando en el que se decía que la Ciudad Condal “era el último baluarte de las antiguas libertades de la Península”. Una afirmación nada nacionalista como se ve. Asimismo, otra institución catalana, en idéntico sentido, decía que debido a las personas que están “impidiendo que los enemigos se internen en la ciudad, en la que hoy reside la libertad de todo el Principado y de toda España (…) acudirán a los lugares señalados a fin de derramar  gloriosamente su sangre y vida por su Rey, por su honor, por la Patria, y por la libertad en toda España”. Finalmente, Barcelona y las otras plazas cayeron.

Así, en la Diada, que significa el “día”, se conmemora una derrota. Es como si los catalanes de ahora, no los de después de la guerra de la sucesión, no aceptaran la derrota. Como si para ellos no hubiera acabado dicha guerra y continuaran con el enfrentamiento, celebrándolo cada año, aunque ahora tan solo a nivel político. De esta forma, después de más de doscientos años, continúan con una realidad política que no existe, pues fueron vencidos a principios del siglo XVIII, y como tantos otros vieron cambiadas sus leyes. Pero es que tampoco fue, como pretenden hacernos ver, una guerra de España contra Cataluña. Fue una guerra auspiciada por la voracidad de potencias europeas en territorio español, y también, como hemos dicho, fue la Primera Guerra Civil (sin no contamos la Reconquista como otra guerra civil) entre unos españoles que estaban de acuerdo con una línea dinástica por intereses de poder y otros que optaban por otros intereses propios. El día de la patria catalana, es el día de una derrota española en la que unos españoles impusieron sus políticas a los otros.

En fin, españoles contra españoles que querían que su candidato se impusiera al resto de España. Lo mismo, pero diferente.

 Y ahora, Artur Mas y sus aliados políticos, quieren seguir peleando lo que se terminó (y perdieron) hace más de dos siglos, distorsionando la historia, intentando parecer víctimas y  resurgiendo hostilidades - olvidadas y superadas por casi todos - con tal de continuar ellos viviendo de la sopa boba y ocupando esferas de poder. Son capaces de cualquier cosa, con tal de ostentar cargos que le enriquezcan sus egos y sus bolsillos. A costa de lo que sea. Aunque sea resucitar otra guerra. Mal nos va.






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